lunes, 16 de mayo de 2016

Anarquía & Comunismo Nº 5!!!

En este número:

- Salidas democráticas y el callejón sin salida
- Apuntes críticos (en contra) de la democracia
- Afilando las palabras: Comunización (Parte I)
- "No es lo mismo pero es igual": anarquía y comunismo (Luigi Fabbri)

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Contra la política, contra la democracia

Nuestra época es la de la impotencia del individuo, de su soledad y de su incapacidad de incidir en su propio medio. El individuo capitalista, el productor-comprador de mercancías que se relaciona con su mundo a través del intercambio de estas (intercambio que a su vez  se reproduce con independencia de la voluntad de los individuos) no es sino el ciudadano demócrata que se relaciona con su vida política mediante el voto o en la vida organizativa de la política separada. En efecto, el capital y la democracia actúan como producto y a la vez reproductor de la destrucción de los vínculos sociales reales e imponiendo al individuo separado como única relación social posible. 

No es de extrañar que desarrollada hasta este punto la alienación y enajenación del ser humano reine la sensación de que el mundo se nos va de las manos, no es de extrañar que la impotencia y la soledad sea la tónica general de esta sociedad: si nuestra única participación en nuestro mundo social es en la compra y venta de productos y fuerza de trabajo, y en el mundo político en la elección: si nuestra participación social es la otra cara del trabajo asalariado en la fábrica. 

¿Podemos efectivamente contrarrestar los síntomas finales de este cuerpo enfermo si seguimos reproduciendo las causas de su enfermedad? ¿Cómo podemos pretender cambiar el total funcionamiento de este sistema social basado en el aislamiento de los individuos si seguimos pensando que nuestra sola intervención, nuestro método, nuestro programa, en tanto intervención divina de individuos por encima de la sociedad, podrá cambiar el rumbo de la sociedad completa, si seguimos pensando que lo que hace falta es que los proletarios dejen dirigirse por nuestras coordenadas, reproduciendo nuevamente la lógica de la participación pasiva-representación?

Si bien el fraude de la política separada se había visto bien y alegremente cuestionado durante el "resurgir" del movimiento revolucionario comenzando los 2000 (influenciado positivamente por la crítica situacionista muchas veces), los límites de la crítica parcial terminaron conduciendo el potencial de esta crítica a sus aspectos más banales (vida alternativa, indentitarismo, sub/contra cultura...) y terminaron por potenciar, a su vez, las nuevas versiones de la izquierda tradicional. Así como resultado a día de hoy tenemos por un lado a nuestros militantes de la vida cotidiana enfrascados en su sobrevivencia diaria en el mercado ambulante y a la neo-izquierda con look alternativo pero fiel a su estructura tradicional y tradicionalista, por ende conservadora y reaccionaria.

¡¡Y es que cuando el “revolucionario” pretende que sumando militantes a su modelo organizativo -producto directo de la política burguesa- o alzando sus quejas en tanto consumidor inconforme y aislado, es decir expresando la propia concentración de la enajenación humana, está aportando a la superación del capitalismo, no termina más que enajenando la práctica revolucionaria misma!!

¿Cómo salir entonces de este inmovilismo? ¿Cómo romper con la inercia histórica a la que nos condena el capital autonomizado? A esto nosotros respondemos: ¡Rompiendo con sus fundamentos!

El capital no es una creación maquiavélica, como la práctica revolucionaria no es iluminación divina: ambos representan procesos vivos y contradictorios pero que surgen de la realidad misma y su proceso histórico ¡no son creación de los individuos, sino que nacen siempre desde la sociedad! En ese sentido, lo fundamental de la dominación del capital es su autonomización respecto a los seres humanos que lo producen, o lo que es igual, que el desarrollo de las fuerzas productivas se hace independiente de los individuos que las crean y desarrollan: el hecho de que el objetivo de la producción de la sociedad no sea su propio disfrute y satisfacción, sino los de valorización y acumulación de un ente con cualidades cuasi místicas (el capital), expresa el estado de una sociedad que no es consciente ni de ella misma, ni de su producto.

Esta comprensión fundamental ha sido sustituida históricamente por el marxismo tradicional y su idea de que el desarrollo de las fuerzas productivas (en términos siempre capitalistas, obviamente) es sinónimo de socialismo (lo que les lleva a su eterna apología al trabajo y al proletario como tal, como si fuese cosa de orgullo nuestra desposesión), y gracias a esta los proletarios del último siglo y medio nos hemos seguido manteniendo en la búsqueda de otro "algo" que siempre nos es superior (primero dios, luego la economía, la nación, el partido, finalmente la "revolución"); más allá de una mera discusión filosófica, esta afirmación acerca del desarrollo humano es la portadora de su negación: el objetivo de la actividad humana debe ser el ser humano mismo.

La actividad revolucionaria entonces toma un carácter bastante distinto al que nos habían acostumbrado: se trata de la lucha de los proletarios por su autoconciencia, su autodescubrimiento en tanto fuerza creadora y del "dominio" consciente de su creación, de abrir la posibilidad de un mundo creado por y para nosotros mismos.

"El proyecto de Marx es el de una historia conciente. Lo cuantitativo que surge en el desarrollo ciego de las fuerzas productivas simplemente económicas debe transformarse en apropiación histórica cualitativa." (La Sociedad del Espectáculo, Guy Debord)

Para nosotros, entonces, la pregunta toma otro sentido y las formas pasan a un segundo plano. Se trata de transformar en la teoría y la práctica el conjunto de lo que se conoce como actividad revolucionaria; no se trata ya de "convencer a otros" sobre el rumbo equivocado en que va encaminada la humanidad, pues la evidencia está a la luz del día; se trata de potenciar las capacidades asociativas y creadoras de nuestra clase, de demostrar cómo somos nosotros quienes creamos la realidad y cómo podemos transformarla, de reencontrarnos en tanto comunidad humana y armarnos para la imposición de nuestros verdaderos intereses. 

Antes de eso todo es ilusión.

"La crítica de la economía política es el primer acto de este fin de la prehistoria: ‘De todos los instrumentos de producción, el más grande poder productivo es la clase revolucionaria misma’.” (La Sociedad del Espectáculo, Guy Debord)
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lunes, 9 de mayo de 2016

Carta abierta a los/as proletarios/as en Chiloé

Hermanos y Hermanas:

Hemos podido ver cómo han salido a defender el mar y la tierra que los acompaña en su diario vivir, sabemos que ustedes tienen una conexión mucho más profunda con su ambiente que nosotros que vivimos en la urbe, y por eso miramos con admiración cómo han conseguido una organización total de sus comunidades, paralizando por completo la isla, plantando cara a las fuerzas represoras que pretenden volver a instaurar el orden del capitalismo. 

Quisiéramos poder estar allá y acompañarlos en su lucha, en los cortes de ruta, en las ollas comunes, pero sabemos que el combate contra el capitalismo debe darse de manera global. Es por esto que quisiéramos contarles nuestra experiencia con respecto a nuestras luchas en la ciudad  y, al mismo tiempo, exponer nuestras ideas con respecto a su lucha. Porque sabemos que en cada movimiento que se rebela contra el poder, está el germen de una lucha mundial por recuperar una comunidad auténtica fuera de la competencia y la valorización mercantil. 

Nuestra experiencia nos empuja primero que todo a comunicar, porque creemos que si de algo han adolecido nuestras revueltas y movimientos pasados ha sido de comunicación, de conseguir instaurar una línea comunicativa  entre proletarixs que sea capaz de relacionarse estratégicamente, para así de una vez por todas librarnos del yugo capitalista y burgués. Sabemos que nosotros, los proletarios del mundo, podemos levantar un mundo nuevo, lejos de la arrogancia de políticos profesionales y autoridades que solo administran el poder que les damos para vivir sus lujosas vidas. Por eso, consideramos vital compañeros y compañeras, que no le den espacio a los políticos profesionales dentro de sus comunidades, mantengan la horizontalidad y la auto organización como pilar y principio fundamental de su movimiento, esa siempre será una ventaja ante el poder, que los quiere sumisos y jerárquicamente ordenados para así cooptar su movimiento. Quizá la única premisa que podríamos entregarles es la de tener siempre en el centro de sus actividades la tarea de RETOMAR EL CONTROL DE NUESTRAS VIDAS. De lo contrario, la dispersión, la negociación mediada por burocracias, la canalización política del rechazo general al capitalismo, será la forma que encontrará el Estado para frenar las rupturas reales del conflicto.

Por otra parte, quisiéramos ser sinceros, sabemos que muchos de ustedes quisieran volver a la "normalidad" capitalista en unos días, quizá semanas... pero a la vez sabemos que un conflicto social expresado en demandas, evidencia también un cúmulo de contradicciones que se encontraban contenidas en el funcionamiento normal del sistema, por eso quisiéramos recalcar que estas circunstancias terribles que les ha tocado vivir, no son meras casualidades o irresponsabilidades del capitalismo, son la consecuencia lógica de un sistema voraz que precisa de la devastación para su existencia, la cual no se podrá contener ni reformar con políticas ambientales, puesto que yace en su raíz la dinámica de valorización, que convierte todo lo vivo en mercancía , inherente al capitalismo y a su clase despótica, la burguesía. Vivimos este proceso en carne propia en las revueltas estudiantiles del año 2001, 2006 y 2011, en las revueltas ambientales por Hidroaysén, o en cualquier otra instancia en donde se haya respondido ante la proliferación de la catástrofe del sistema, por lo que sabemos que este es solo otro capítulo de la explotación capitalista y que las reformas políticas son mero maquillaje.

Es fundamental que nosotros, los proletarios del mundo, nos unamos no bajo siglas, ni dirigentes, sino bajo principios éticos de acción que ustedes han sabido demostrar en la acción: solidaridad, auto organización, acción directa y horizontalidad. No necesitamos partidos políticos, ni ideologías salvadoras que nos digan qué hacer, no tenemos recetas mágicas. Es urgente reivindicar la consigna de nuestros hermanxs proletarios en Argentina, y decir "¡Qué se vayan todxs!", y es aún más urgente destruir las condiciones de las que provienen para que no vuelvan más. Así mismo, es indispensable reapropiarnos del programa revolucionario de nuestra clase, nuestras formas históricas e inmediatas de lucha. Programa que es una práctica histórica de clase y no una plataforma acordada en un congreso. Las posiciones revolucionarias del proletariado –el internacionalismo, la crítica del Estado y el Capital, el trabajo, el dinero, etc.– son claves en la extensión de la revuelta y el potenciamiento de las rupturas con el orden dominante. Es así que como clase vamos entrando con más fuerza en el terreno del antagonismo radical, como vamos clarificando los objetivos de nuestras acciones y podremos dar un salto cualitativo en nuestras vidas.

Para terminar, es importante saber ante qué estamos dando la batalla, y sobre todo el para qué, puesto que el capitalismo tiene muchas formas de camuflaje, ante esto, solo cabe recordarnos que la emancipación real de los trabajadores será obra de ellos mismos o no será. La necesidad de una vida emancipada de todo lo que nos oprime y destruye, está sujeta sólo a nuestras posibilidades autónomas de clase.

Hermanos; que su potencia negadora sea la yesca que prenda la hoguera de los proletarios en todo el territorio, que la lucha contra el Estado y el Capital se expanda como la peste. Nada ha terminado, todo está por empezar. 

¡Vivan los proletarixs insumisxs de Chiloé! 
¡Que en todas partes se alcen las comunidades en guerra contra el Estado y el Capital!

Algunxs proletarixs por la comunización.

lunes, 2 de mayo de 2016

Ruptura Proletaria: Nueva publicación comunista-anárquica desde ecuador.

¿POR QUÉ RUPTURA PROLETARIA?

Porque el proletariado –que es de todos los colores, sexos, edades y lugares- existe no sólo como clase explotada sino como clase revolucionaria cuando lucha por sí misma para defender e imponer sus necesidades humanas contra el Capital, su Estado y sus reformas. Es decir que, para dejar de ser explotados, oprimidos y representados por otros, y entonces poder vivir una vida verdaderamente humana, los proletarios y proletarias no tenemos absolutamente nada que “aportarle” a esta sociedad burguesa más que su destrucción o ruptura revolucionaria.

Porque, en última instancia, todas las derrotas históricas y actuales que ha sufrido nuestra clase en todas partes se han debido a su falta de ruptura con los fundamentos y los defensores de este sistema, así como también con sus falsas críticas y alternativas. Por lo tanto, en la práctica y en la teoría, la ruptura radical y total es la esencia de la lucha del proletariado por su autoemancipación real del mundo del Capital, por la revolución universal que instaurará la sociedad sin clases ni Estado ni naciones, la comunidad humana mundial.

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Contenido:

- ¿Por qué Ruptura Proletaria?
- 1º de Mayo contra los ataques del Capital-Estado. Sobre la reforma laboral en Ecuador 
- 1º de Mayo: el proletariado mundial contra el trabajo asalariado
- De la sala de clases a la lucha de clases
- Terremoto en Ecuador: catástrofe social capitalista
- Reforma laboral y disturbios en Francia
- Sus guerras. Nuestras muertes
- Carteles contra el sindicalismo y el trabajo asalariado