jueves, 23 de septiembre de 2010

Sobre el payaso Villegas y otras asquerosidades seudo-intelectuales

Buenos artículos tomados del blog Violencia y Control Social:


Villegas: homofóbico, racista y con micrófono abierto.

Por Ariel Zúñiga Núñez. (azetaene)

Otro domingo en que debemos tolerar la intolerancia de Fernando Villegas.
Dice ser sociólogo pero Pinochet cerró las escuelas de sociología así que lo más probable es que se esté haciendo el José Joaquín Brunner [1].
Trabajó de publicista, como Salfate [2], y después entró por la ventana a la TV como el reportero bufón de la época a “Domicilio Conocido”, programa del once, en esos tiempos propiedad cabal de la Universidad de Chile.
Villegas representaba a los jóvenes inconformistas, su cabellera importaba más que sus pocas ideas. Daba lo mismo, el programa lo conducía Ricardo Israel y lo secundaba Carolina Rosseti, Villegas no debía hacer nada más que peinarse, o despeinarse.
Recuerdo cuando el invitado al programa fue Piñera, antes de su affair radio Kioto-Claro-Matthei[2]. El neurótico empresario devenido en congresista hablaba como cocainómano angustiado, es decir, no sólo por los ademanes y las gesticulaciones insulsescas sino porque no usaba jamás un punto, menos un punto aparte, y sólo habló estupideces. Rosseti e Israel esperaban el paso de los minutos para sacar a tamaño pelmazo del estudio. Villegas, en cambio, hablaba con Tatán como un antiguo amante abandonado por mutuo consentimiento[4].
Como publicista ya sabía que la cola había que moverla, y cómo, al que paga los cheques.
Quien dude que Chile es un país generoso sólo vea el caso de Villegas. Es tomado por intelectual, para los imbéciles es incluso el único intelectual del país, y peor aún es tomado por inteligente y culto.
Para Antonio Gramsci un intelectual era quien realizaba tareas opuestas a las del obrero. El junior de la oficina es un intelectual, al menos para Gramsci. Sólo hablando desde esa tesis podríamos considerar a Villegas rotulado según lo que aparenta o dicen de él los pazguatos.
Quienes no conocen a personas que hagan de la reflexión su vida reaccionan con ese antiintelectualismo yanqui apapafritado que peyoriza, o peor, confunde al oro con el plomo, es decir, a un intelectual con Fernando Villegas. Creen que manejar un wolkswagen o no peinarse es sinónimo de pensar, y peor, de pensar profundo.
Tan generoso es este país que el susodicho hasta ha escrito un par de librecitos, de esos que no sirven ni para nivelar pianos dos años después de editados. Puede decir lo que quiera, con total impunidad en TV y en La Tercera, puesto que siempre sus intereses se confunden con el de los ricos.
Cuando arroja una cita erudita no es más que un plagio de la última novela histórica best sellers que lee, si Carlos Peña habla de Theodor Adorno a los que creen que es un adorno [5] Villegas sólo sabe de la escuela de Frankfurt por lo que ha leído de Carlos Peña o lo que le dijo algún profesor en los tiempos que era compañero y compinche de Lucía Pinochet.
Sólo conociendo al infame podemos comprender las arcadas que le produjo las declaraciones a “Ramiro” mientras sus entrevistas obsecuentes a Pascal Allende, Max Marambio, Lucía Pinochet, Roberto Thieme [6], Alejandro Jalandro Peña [7], lo llevaron por poco al orgasmo en vivo y en directo.
Villegas nunca ha cometido la imprudencia de argumentar a favor de los desposeídos o en contra de los poderosos, es más, su especialidad consiste es golpear arteramente en el suelo a los ya caídos.
Y si triunfa no es por su argumentación sino que por su antológica prepotencia. O por lo que dijo una vez Rafael Gumucio [8] por ser de izquierda o de derecha semana por medio lo que confunde al adversario. Pienso que más que ganar Villegas por méritos propios, o por sus sofismas, o su impudicia, vence porque hasta hoy no le sientan al lado a alguien que realmente tenga las bolas en su sitio y lo muela a trompadas importándole un comino que los empresarios, a quienes les lame el miembro, lo sequen en la cárcel. Un intelectual que se precie recurre a los puños si es necesario, el resto sólo puede decirse puñetero.
Que un burdo espécimen, un primate superior con aspavientos de intelectual, pueda ser considerado un pensador habla del estado lamentable de nuestra cultura.
Racismo de poca monta.
Por mientras chilevisión insiste en su “revolución Darwin” (así que no crea que la derecha se dedica solo a los crucifijos, quieren tener cuerda para rato), Villegas trata en horario prime al pueblo Mapuche de ser una invención de los activistas y que el mapudungun lo inventaron para fomentar el turismo en la Araucanía.
Este tipo de declaraciones son inaceptables dentro de un régimen democrático, en un país medianamente decente estaría compareciendo en los tribunales por incitación al odio racial y negación de los atributos de una cultura.
Da asco contemplar la hipocresía de quienes censuran una columna, al columnista y al editor, por las quejas de la comunidad judía (léase, comunidad JUDIA) quien le imputa ser “antisemita”.[9]
En primer lugar si es que puede existir una comunidad judía ésta nada tiene que ver ni con una nación, ni con el estado de israel, ni menos con una raza. Los judíos son quienes profesan una religión, son libres de hacerlo, en Chile hay libertad de cultos. Los judíos no son, o no deberían ser, más que los mormones o los maradonianos, insisto, no son ni un pueblo ni una raza.
Por eso es abusivo que se quejen imputando antisemitismo. Según el antiguo testamento Sem es uno de los tres hijos de Moises por lo que, desde su mitología, tanto ellos como los palestinos son semitas. Cuando le llaman antisemitismo al antijudaísmo no hacen más que hacer propaganda sionista, es decir, insistir en la falsificación histórica que confunde mito con realidad.
Reitero: ¡LOS JUDÍOS NO SON NI UNA RAZA NI UN PUEBLO!
La diáspora es un mito, no existe ningún vínculo original entre los judíos rusos, los etíopes y los alemanes. El hebreo es un idioma inventado, el origen común es una leyenda sionista. Se junta todo esto en un caldo para justificar la usurpación del territorio palestino por parte de colonos europeos de religión judía desde finales del siglo XIX hasta la fecha.
En cambio, los mapuche sin son un pueblo, sí tienen su religión, su cultura, su origen en común, hasta una raza, algo que para los tiempos que corren es toda una proeza.
Desde el racismo buena onda hablan de una cosmovisión, vulgar traducción de un término germánico piedra angular del racismo. Falso, los mapuche no tienen cosmovisión o bien, todos la tenemos. Los mapuche tienen una CULTURA, al igual que nosotros, al igual que los israelíes. Esa cultura, merece un respeto, merece su reconocimiento, merece el respeto a su autonomía.
Negar la existencia del pueblo mapuche es un crimen de lesa humanidad. Villegas no sólo ha incurrido en esa aberrante negación además ha llamado al exterminio mapuche por la vía de la criminalización y la anexión forzada, culturización incluida, es decir una nueva “pacificación” de la araucanía. Eso se llama genocidio, incitación al genocidio.
Da asco que la negación a un pueblo inventado como el judío traiga grotescas consecuencias legales mientras que ningunear a un pueblo real, que vive en casi todo el país pero en especial en el Wallmapu, a seiscientos kilómetros al sur de Santiago, quede en la más absoluta impunidad.
En tolerancia cero, el panel de absoluta confianza de Sebastián Piñera, el presidente de la república, se da el lujo de negar al pueblo mapuche en vísperas de un mitológico bicentenario, mientras 34 personas de ese pueblo, presos políticos de consciencia, agonizan de hambre pidiendo un juicio justo. En vez que invitar a un mapuche invitan a Lautaro Carmona, diputado del PG (Partido Geriátrico) para enrarecer el clima mostrando a esos abuelitos como terroristas, y por ende, como energúmenos a todos a las izquierda del dial.
No quedan insultos en el tintero, ninguno equivalente a la afrenta. Villegas debería estar preso en este momento y sin embargo lo veremos sonriendo el próximo domingo a la misma hora y en el mismo canal.

Notas.

[1] José Joaquín Brunner, ministro de la concertación, “experto” y autodefinido sociólogo sólo posee licencia de cuarto año medio. Aporte de Harold Hopfenblatt Casanueva: Si bien José Joaquín Brünner aclaró en febrero a través de una carta al director de La Tercera -ante un emplazamiento realizado por el historiador Alfredo Jocelyn-Holt- que sólo poseía licencia de enseñanza media y "un certificado expedido por SM británica por un programa de instrucción en administración universitaria", aún existen instituciones que lo siguen presentando como "sociólogo". Hasta el domingo 11, la Universidad Adolfo Ibáñez, donde es profesor a tiempo completo en la Escuela de Gobierno, lo presentaba como "sociólogo de la educación, Universidad de Oxford". Durante el transcurso del lunes 12, cambió a "investigador en educación, miembro de número de la Academia chilena de ciencias sociales, políticas y morales". Sin embargo, olvidaron hacer la modificación en el magíster en "gerencia y políticas públicas", que dicta dicha casa de estudios, donde sigue figurando como "sociólogo, Universidad de Oxford". Lo mismo ocurre en publicaciones del Estado, como el Informativo Mecesup, del Ministerio Educación, se reproducen conferencias dictadas por Brünner como sociólogo. En Conicyt aparece obteniendo fondos para un proyecto Fondecyt, con el título de "abogado de la Pontificia Universidad Católica". Fuente: http://www.elamaule.cl/admin/render/noticia/9580
[2] Más conocido como Falsate, por sus burdas pseudoteorías conspiranoicas de baja intensidad.
[3] Me refiero al piñeragate, grabación del ejército de Chile al teléfono de Piñera que fue divulgada por Ricardo Claro (en paz nosotros por su descanso) para vengarse de Tatán. En dicha grabación Piñera denigraba a Evelyn Matthei en su condición de mujer, a garabato limpio, con su amigo y alto personero de la Universidad Alberto Hurtado Pedro Pablo Díaz.
[4] En ese tiempo le llamaba a Tatán con mucho cariño “la locomotora Piñera”.
[5] Sirviendo a dos Amos, Violencia y Control domingo 10 de febrero de 2008. http://violenciaycontrol.blogspot.com/2008/02/sirviendo-dos-amos.html
[6] Pascal Allende y Max Marambio fueron miembros del MIR. El primero de ellos escapó de Chile a balazo limpio y se asiló en Cuba, al igual que Marambio quien se fugó con menos escándalo. Villegas dijo que le había producido arcadas las declaraciones del comandante “Ramiro” del FPMR, un terrorista a su juicio, sin embargo entrevistó a ambos miristas como viejos camaradas. Es más, se prestó para el lavado de imagen a Max Marambio cuando editó su libro “Las Armas de Ayer” con entrevistas en Chilevisión y La Tercera. A Roberto Thieme, líder del grupo ultraderechista Patria y Libertad, lo acompañó por las calles de Santiago en un lacrimoso capítulo de “las vueltas de la vida”. A la hija de Pinochet le dejó decir de todo, y callar todo lo importante.
[7] A Alejandro Jalandro Peña le hizo una entrevista obsecuente en La Tercera en donde se dio el lujo de llamar de terroristas a los anarquistas y justificar su exterminio a sangre y fuego, sin necesidad de debido proceso. En una de las fotografías aparece junto a Jalandro leyendo con con mucha atención la web hommodolars ( http://www.hommodolars.org/ ) De ese modo deja en evidencia su esquizofrénico concepto de la libertad de expresión en que él puede emitir opiniones racistas, sexistas, ultraderechistas y homofóbicas con total impunidad y los demás escritores u opinadores somos delincuentes dependiendo de su voluble pero siempre fascista criterio.
[8] En una columna en las últimas noticias de casi un lustro.
[9] Me refiero a la columna de Antonio Gil en “la Nación” censurada por ese medio, controlado por el gobierno, luego que Gabriel Zaliasnik, presidente de la comunidad judía de Chile, presentara sus reclamos hace un par de semanas. Más detalles en: http://www.theclinic.cl/2010/08/28/echan-a-editora-columnista-y-dibujante-de-la-nacion-domingo-por-supuesto-antisemitismo/


Judíos, Pueblo Mapuche y el finado Villegas.

Un Par de Aclaraciones.
Por Ariel Zúñiga Núnez (azetaene)

Escribir sobre lo ocurrido en un programa de televisión parece propio de nuestra prensa basura, aquella que criticamos a diario, sin embargo este es un caso especial.
Hace una semana redacté un artículo urgente [1], lo hice apurado y con la cabeza ardiendo, ya que Fernando Villegas (nuestro “sociólogo” de TV) [2] agredía al pueblo Mapuche por segunda semana consecutiva con total impunidad, y con la agravante de la indolencia ante el cómplice silencio de la prensa hasta ese momento, y de la grave situación de los huelguistas que avanzan a los 70 días de hambre en vísperas de un falsificado bicentenario.
No sé si ha sido mejor o peor que la prensa callara por tanto tiempo lo de la huelga de hambre. Cuando comenzó a referirse a la movilización ha sido desde la mentira, la descalificación y desde una posición parcial, militarizada, propia de la doctrina de seguridad nacional.
Cuando los cubanos ayunaban nuestra prensa lo calificaba como una protesta legítima, valiente, oportuna, patriota y humana. Los mapuche en cambio son para nuestro gobierno y prensa, en esto actúan como un solo bloque, cobardes, inhumanos, antipatriotas, inoportunos y la protesta es ilegítima e ilegal, el gobierno ha llegado a la brutalidad de llamarla violenta.
Y pensar que en el imperio británico consideraron un delincuente a Ghandhi, un abogado formado en Inglaterra y que tuvo que devenir en político para ganar su juicio, por hilar algodón indio, actividad prohibida por la leyes coloniales de la corona. Sin embargo cuando comenzó su ayuno no pudieron reprocharle nada puesto que nadie en la historia, salvo Piñera y algunos opinantes de TV, ha sido tan conchesumadre como para considerar delito el manifestarse pacíficamente y además llamarlo un acto violento.
Villegas no sólo considera la huelga ilegítima y violenta, llama sin asco a los manifestantes terroristas, y a la hora de fundamentar el guión de opereta que le faxeó la Moneda afirma que el pueblo Mapuche es un invento, que el mapudungun lo inventaron en el último cuarto de hora, que sus reivindicaciones son reaccionarias y que estos “chilenos”, con ínfulas “separatistas”, viven en cuevas y se alimentan de aguardiente.
Como expliqué en el artículo sobre Villegas, su trabajo no es ser tan sólo un sofista por cuenta propia, un provocador destinado a aliñar discusiones aburridas, no, su discurso es coherente, es la expresión pura de la aporofobia, es decir, de aquellos que desatan su odio en contra de los débiles, los vulnerables, los necesitados y los desamparados. Cuando lo llaman fascista, en parte se equivocan porque Villegas no quiere la unión de un país o de una raza bajo un Estado, quiere eso pero no eso solamente. Lo que desea es que siempre existan desdichados para poder pisotearlos y escupirlos, no es más que un sádico narcisista lo suficientemente cobarde como para no golpear mendigos, pero su trabajo consiste en hacer aquello mismo desde un escritorio.
Y como todo sádico es a la vez masoquista y por lo tanto con la misma violencia con que odia a los desdichados, sean secundarios, trabajadores, mapuche, ocupas, homosexuales o anarquistas [3], se rinde ante los poderosos, les ríe sus chistes y le produce incontinencia urinaria que lo admiren como un intelectual.
Y es así como ha pasado por el “sociólogo” de la TV por largos años y jamás ha realizado la corrección de que no posee ningún título y que su presencia en el circo televisivo se debe tan sólo a sus pitutos, a que es un payaso dispuesto a lanzar y recibir pasteles, y que su odio compulsivo en contra de los miserables lo hace funcional a todos los gobiernos, en especial el de nuestro país que no es más que un gran fundo pavimentado administrado por un directorio de empresarios de misa diaria.
Vergüenza debiera darle a todos quienes se dicen serios y han comprado el pescado podrido que ha vendido Villegas por tantos años. En cada uno de ellos existe, de modo latente o explícito, ese clasismo, resentimiento patronal, sadismo y aporofobia.

Cuando Eichholz y Villegas aún respiraban.

Anoche en tolerancia cero de PiñeraVisión, por vez primera invitan a alguien vinculado con las demandas del pueblo Mapuche desde que comenzó la huelga de hambre. Sin embargo, la invitada no es Mapuche, sino que una prestigiada académica de la Universidad de Chile y directora del Observatorio Ciudadano, la abogada Nancy Yáñez.
Yañez había sido invitada años antes a Ultima Mirada, también de PiñeraVisión, tanto por Fernando Paulsen como por Matías del Río. Es muy grave que se haya esperado tanto para entrevistar a alguien relacionado con la noticia más importante del país y, cuando por fin se hace se silencie la voz indígena. Tampoco fueron capaces de explicar que quizá no había en el estudio un vocero Mapuche porque nuestro gobierno los detuvo la noche del 10 de septiembre junto a casi todos los familiares de los huelguistas [4].
En fin, Nancy Yañez es una de las tantas personas que saben lo que hacen lo que dicen y que por lo tanto la TV y la prensa se esmeran en dejar afuera para evitar que entreguen los antecedentes útiles para que los habitantes de este país se hagan una idea por ellos mismos.
Qué dijo la académica, ni más ni menos que lo obvio, que los actos que se persiguen no son terroristas, que el Estado actúa de mala fe y de modo racista, que los juicios son un montaje, que se trata de territorio indígena y que se está pisoteando al pueblo Mapuche.
El paquete Eichholz tomó la palabra y fiel a los precarios conocimientos que posee, pero que vende como si fuera oro, explicó que iba a mostrar algo que iba a girar el eje de la discusión e hizo el ademán de sacar un objeto de su bolsillo. Por un momento creí que sacaría los restos de una guagua devorada por indígenas, o una radio Kioto con una grabación incriminatoria. No, extrajo una bandera Mapuche y la exhibió.
Pensé que Eichholz gritaría ¡Marrichiwew! y comenzaría una huelga de hambre en en el estudio. No, se trató de un burdo acto comunicacional, de liderazgo le dirá a sus aturdidos alumnos, tal como lo hizo Ricardo Lagos (y su rentable dedo acusador) o Lavín y las llaves de la señora Juanita (mostradas en el debate presidencial y que casi lo alojan en la Moneda). Todos los nombrados educados en los Estados Unidos, el paraíso de los espectáculos de mala calidad.
Eichholz ha evidenciado, una vez más, algo que he señalado constantemente en esta bitácora: Nuestra elite no sólo es perversa y perezosa (prefieren recibir rentas en vez que desarrollar al país así que sólo le cobran “la pasada” a las multinacionales) sino que además es una lumpen burguesía, según las palabras de Armando Uribe. En un país de 17 millones de habitantes los ricos son apenas unos cien mil y, como el país está feudalizado, llevan apareándose entre ellos durante centurias. Eso explica algo que el desarrollo de nuevas tecnologías está evidenciando, nuestros jefes, gobernantes, mandamáses, apitutados, tecnócratas, etc, no sólo son pérfidos sino que además son imbéciles. Hace cien años se les podía llamar decadentes, hoy lisa y llanamente son estúpidos y así lo demostró con creces un hijo ilustre de nuestra lumpen burguesía: Juan Carlos Eichholz Correa, profesor de la distinguida escuela de negocios de la Adolfo Ibañez, el cual debe ser venerado por otros imbéciles como él, pero más jóvenes, que estudian y viven en un universo paralelo. Nuestra elite, a diferencia de la europea o estadounidense, no debe competir con los pobres, nace para gobernarlos. Eso explica que los colegios mejores pagados del país apenas le lleguen a los talones a los peores colegios públicos de Francia. El único modo que pueden justificar su gobierno es evitando que la información salga a la luz, y cuando ella por fin se cuela les quema la cara como si fuera un láser.
Villegas, por su parte, contemplaba estupefacto el cadáver de Eichholz, pero, como los estúpidos en estado puro son aquellos que reflexionan metódicamente antes de hablar huevadas [5], fue a la carga nuevamente con sus mismos gastados argumentos racistas, aporofóbicos e histéricos. Su intención era marear y asustar a la abogada, y descalificarla como interlocutora. Nancy Yañez con toda la calma del mundo le explicó aquello que todos sabemos: “Esto no lo digo yo, lo dice la Corte Suprema de Chile. Si le quiere llamar un discurso reaccionario, desde lo político, está en su derecho pero se trata de la ley vigente, de tratados internacionales ratificados y reconocidos por sentencias ejecutoriadas como ley chilena.”
Villegas quedó ladrando, pero de nada le sirvió. Trató de ponerle el pie encima pero ya estaba tres metros bajo tierra y con dos paladas de cal y otras dos de arena sobre el rostro.
Eichholz se levantó de la tumba intempestivamente y dijo un par de palabrotas cuicas, imposibles de entender en Maipú, y Nancy Yañez, con la tranquilidad de quien sabe lo que dice le respondió: “Agradezco tu pregunta, es así, existen juicios que han sido montados, es más, existe un caso en que una jueza absolvió a comuneros que hoy están en huelga de hambre y reconoció que había sino un juicio montado, el proceso se anuló y la jueza fue destituida”. Yañez siguió, comenzó a dar detalles de cada uno de los montajes mientras Eichholz y Matias del Río trataban, sin éxito, de que se callara, la tabla se salvación fue el llamado a comerciales. Paulsen guardó palco.
Conclusión, Nancy Yañez dice en horario prime que los verdaderos terroristas, asociados ilícitamente, son los carabineros, pdi, gendarmes, jueces, fiscales y autoridades del ejecutivo que se han organizado para aterrorizar al pueblo Mapuche. Al otro día, nadie ofrece las querellas por calumnias a la abogada, ergo, lo que ha dicho es doblemente cierto. Y en vez que irse presos los fiscales y jueces que han montado casos Piñera continúa la infamia y declara que los Mapuche “han atentado contra la vida de otros y ahora atentan contra la suya”. Al parecer esta organización ilícita se comanda desde la Moneda.

Judíos, Mapuche y ley contra el odio.

En el artículo anterior sobre Villegas relacioné al pueblo Mapuche y la religión judía a propósito que muchos confunden las normas sobre odio racial, étnico y o religioso con la proscripción del antisemitismo, y peor, con lo que entiende el sionismo por tal.
Concuerdo en que el antijudaísmo es un socialismo para imbéciles, por lo tanto, aquellos que de buena o mala fe interpretaron mis palabras como discriminatorias en contra de los judíos están en un craso error.
Donde quizá debí explayarme más fue en explicar que el judaísmo, al ser una religión y no un pueblo ni un estado, puede tener una cultura propia, pero esta no está amparada por las normas de respeto y autonomía cultural que el derecho internacional dispone para las naciones sino que en normas específicas sobre la libertad de culto.
En relación al invento del “pueblo judío” quiero señalar que no es algo exclusivo de los sionistas. Existe el error común, alentado por la propaganda sionista, de creer que los judíos europeos son descendientes de los israelitas bíblicos, que estos, descienden de israelitas esclavizados en Egipto, que, finalmente, todos los judíos del mundo son descendientes de Adan y Eva.
Todo esto es falso. La diáspora de judíos errantes es un mito. Los judíos africanos, asiáticos y europeos provienen de orígenes diversos y no existe ningún vínculo, salvo la falsificación histórica, que pueda justificar que algunos se hayan asentado en Palestina.
En relación a este espinozo asunto recomiendo la lectura del texto Shlomo Sand, “Cómo se inventó el pueblo judío. deconstrucción de una historia mítica”.[6]
Finalmente debo mencionar que la relación entre un pueblo judío inventado y un pueblo Mapuche real ni es anacrónica, ni impertinente, ni odiosa. Se tramita una ley que proscribe el odio, algo que debiera llevar, esperemos, algún día a los Villlegas a una celda. La comunidad judía de Chile es una de las entidades promotoras de dicho proyecto de ley y uno de los principales lobbistas.
Es paradojal, por decir lo menos, que sean judíos quienes promuevan una norma contra el odio racial en instancias en que ellos no son una raza; dicho en términos más actuales la ley impediría el odio en contra de pertenecientes a un pueblo determinado, con el objeto de evitar formas larvarias de genocidio, pero, al ser un judíos un credo religioso y no una étnia ni una nación dichas normas no les serían, o no deberían serle, aplicables. El holocausto judío fue un exterminio basado en motivaciones religiosas pero que debido al espíritu de su época se entendía relacionado con la raza.
El respeto que le debemos a los judíos es debido a la tolerancia religiosa que deriva de la libertad de cultos, imponer una norma específica que dé a los judíos un estatus distinto a una religión me parece que es hacer cómplice al estado chileno de una falsificación histórica coherente con los fines estratégicos del sionismo. Ya lo dije, y lo vuelvo a decir, el estatus de los judíos no puede ser diferente al de los mormones o a los maradonianos, son una religión no una nación.
Y si queremos que los Mapuche no sean discriminados una norma promovida por el cabildeo sionista tampoco nos ayuda. Lo único que evitará que se discrimine a los pueblos originarios es que se les asegure su autonomía política, jurisdiccional y económica. De no hacerlo el Estado chileno se arriesga a una desmembración. Tanto el pueblo Rapa Nui como el Mapuche están en su derecho de reclamar su soberanía y el derecho internacional está de su parte.

Notas:

[1] Cero Tolerancia Racial, en este blog, republicado en alterinfos (alterinfos.org) y también en el Ciudadano http://www.elciudadano.cl/2010/09/08/cero-tolerancia-racial/
[2] En el artículo sobre Villegas especulé, fundadamente, sobre si Villegas poseía el título con que era presentado en todas partes, el de sociólogo. Por la edad que tiene (sesenta y algo) es raro, por decir lo menos, que se haya titulado en una escuela de sociología en Chile pues estas fueron cerradas tras el golpe militar. Vía twitter me alertaron que efectivamente no es sociólogo, que él mismo lo había reconocido en una entrevista en una revista de papel couché. Según Villegas, su tesis fue rechazada por neo marxista, claro está, él es el único testigo de dicha tesis y de aquel rechazo: “Villegas, ese chascón vende.” Revista Cosas. http://www.cosas.com/content/view/5109/320/
[3] “En efecto, a pesar de ser sociólogo, es decir un intelectual, raramente sus comentarios en Tolerancia Cero tienen la preparación que ameritan los temas que se tratan, y al no preparar los temas, recurre a lo único que lo ha distinguido en ese programa, sus vociferaciones que parecen salidas de sus tripas pero no de la reflexión y el estudio, como correspondería a un intelectual como el mismo se define. El parece creer, que para ser considerado intelectual, bastaría con despotricar contra el futbol y los fulbolistas, como el lo hace, o despotricar contra los jóvenes, los estudiantes y trabajadores, como en esta ocasión lo ha hecho contra los trabajadores de Codelco. Villegas, el intelectual y Codelco, Julián Alcayaga http://www.elciudadano.cl/2010/01/14/villegas-el-intelectual-y-codelco/
[4] http://periodismosanador.blogspot.com/2010/09/detenidos-en-concepcion-voceros-de.html
[5] “En un pequeño libro (es un autor que nunca escribe muy largo) titulado Lo real y su doble, el filósofo francés Clément Rosset dedica unas páginas a la estupidez. La considera de dos puntos de vista distintos: el de los que aprueban espontáneamente temas irrisorios, y el de los que los aprueban después de un examen escrupuloso. Estos últimos, dice, se creen protegidos por la seguridad de haber entendido el tema, pensando así estar a salvo de críticas. Es la forma suprema de la estupidez.” Certidumbres y estupidez, Por Armando Uribe Echeverría http://www.elciudadano.cl/2010/09/09/certidumbres-y-estupidez/
[6] Le monde diplomatique edición chilena agosto de 2008. Otro texto del autor, sobre lo mismo, se puede encontrar en el siguiente enlace: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=72401