miércoles, 1 de junio de 2011

¡A por todo! Sobre la ola de protestas por el mundo


EL PRESENTE NO VOLVERÁ

No es que el presente tenga condiciones especiales que obliguen a las personas a salir a la calle a protestar, pues nuestro tiempo vive encausado en el capitalismo, un sistema social que se perpetúa en base a la insatisfacción, por tanto las condiciones para la exaltación y la revuelta son constantes. El encanto de éste momento que nos toca vivir es que esa insatisfacción que se vive habitualmente en forma individual y condicionada a las normas ha encontrado masivamente su expresión colectiva, fuera de lo legal y la paz social, pues incluso las protestas que se denominan “pacíficas” rompen con lo establecido.

En lo formal la reacción colectiva expresa su rechazo al autoritarismo político en un país, a la desprotección social en otro, a la mercantilización de la educación en otros tantos, a la explotación de la naturaleza en alguno, al aumento de los precios de alimentos y transporte en casi todos. Entonces acontece que por una temporada centenares, miles y millones de personas en diversas latitudes están intentando romper con la lógica impuesta, contradecir al Estado y al Capital sin que ellos mismos se atrevan a plantearlo, pues el mayor problema es que la mayoría de esas personas no son concientes de lo que están haciendo, sus actos son más certeros que sus palabras.

Salvo en las revueltas más radicalizadas en medio oriente (radicales en tanto encaran la raíz de su insatisfacción) pareciera que la acción espontánea de millones de personas alrededor del mundo busca perfeccionar los instrumentos de sometimiento: más democracia, más trabajo, más educación, más producción. Miran en conjunto al cielo esperando por un héroe que baje del Olimpo del sistema a representar sus aspiraciones sin descubrir su propia fuerza y belleza como conjunto de seres humanos deseosos de una vida plena, sin bancos, sin políticos, sin reyes, sin hidroeléctricas ni guerras por fuentes energéticas, sin alquileres, sin escuelas que no enseñan nada más que la reproducción de la misma mierda. Sin Estado, sin Capital.

Pero éste presente aún no se nos escapa, y hacernos cargo de éste tiempo es lo único que nos queda si no queremos que los nuevos políticos, las nuevas fuentes de energía, la nueva democracia que surja triunfante de la actual crisis y sus protestas sean la mierda que tengamos que tragarnos mañana.

Hermanos, hermanas:

¡A por todo!

-----algunos incontrolados por la imaginación antagonista-----

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