jueves, 24 de diciembre de 2009
Revista "Comunismo Difuso"
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jueves, 10 de diciembre de 2009
Si las elecciones cambiaran algo, estarían prohibidas.
Música y letra: Fiskales Ad/Hok
Edición: CO.CI.NA.
Votar es avalar la explotación...
martes, 24 de noviembre de 2009
Y sigue la criminalización contra quienes luchan... Difusión de Comunicado de un Compañero de santiago.
jueves, 19 de noviembre de 2009
viernes, 13 de noviembre de 2009
miércoles, 11 de noviembre de 2009
sábado, 24 de octubre de 2009
EL RADICAL LIBRE N°6
En el contexto de la inminente privatización del mar
Ante las continuas arremetidas del Estado y sus intereses empresariales contra el mar austral, la industria salmonera (la patronal del mar) habla: “Llevamos 20 años. Muchos llegamos aquí, al sur, con lo puesto, y no tenemos ningún interés en irnos con lo puesto” (1), así que la “mejor idea” de no irse con lo puesto es la privatización del mar.
La pesca artesanal se ha mantenido por más de 30 siglos utilizando el mar como sustento de trabajo, el cual no lo ha transformado de la forma deplorable y progresiva como lo hizo la industria salmonera en los 20 años de existencia que mantuvo en el sur de Chile. Sin duda alguna que la industria salmonera es a vista del Estado una floreciente forma de sustento laboral y económico para el país, que frente a “pocos altibajos” ha sabido ponerse en pie. Sin embargo, esta lista de “altibajos” es larga y deprimente, pero al contar con la ayuda de los Mass Media, que reaccionan de forma oportuna para defender los intereses del empresariado, es que la información se esconde o manipula para así seguir con el saqueo incesante de los recursos naturales sin dejar nada, pero NADA a un mar austral que por largos años ha sido fuente de trabajo de miles de personas. Es por ello que en este artículo te entregamos la visión consciente que nos identifica como colectivo, que busca la verdad frente a la posición capitalista de un Estado cada vez más saqueador y explotador.De acuerdo a la pequeña lista de “altibajos” mencionados anteriormente, te diremos cuales son, para que así concluyas quien es el impostor, el invasor, el saqueador, el contaminante y el ladrón...
La industria salmonera se jacta de respetar las normativas ambientales vigentes y a la vez ser una de las actividades productivas más reguladas en Chile en materia de orden ambiental. Pero cabe mencionar que el conjunto de leyes que impone el Estado son insuficientes e incapaces de regular la gestión ambiental de una industria ambientalmente insustentable como lo es la salmonicultura intensiva que practican estas industrias en el mar austral. Prueba de la precariedad de las normativas ambientales es la misteriosa manipulación del Reglamento Ambiental para la Acuicultura (RAMA), la cual se realizó en algún día desconocido de Diciembre del año 2007 y se mantiene vigente desde Enero del 2008 (D.S. Nº86/2008) tras su publicación en el Diario Oficial. La capacidad de RAMA para cambiar de parecer es asombrosa, ya que actúa de acuerdo a las disposiciones establecidas y a la vez agrega otras que convierten a este instrumento de regulación ambiental en otra tuerca más de la destructora industria salmonera chilena. Ejemplo de ello son las modificaciones de RAMA para el salmón escapado, el lavado in situ de redes salmoneras y a la disposición que elimina el mínimo de digestibilidad de las dietas comerciales que se suministran a los salmones cautivos.
En julio del año 2007, Marine Harvest anunció la presencia del virus de la anemia infecciosa del salmón (ISA) en las aguas chilenas, el cual fue descubierto en el seno Reloncaví, y pronto se extendió por 2.400 kilómetros hasta el estrecho de Magallanes, en una superficie de alrededor de 70.000 kilómetros cuadrados (una superficie mayor a la región de Los Ríos y de Los Lagos juntas). Como medida “precautoria” la industria salmonera, a través de su agencia de publicidad Salmón-Chile, dictó las medidas con las cuales SERNAPESCA debía actuar, las que estaban restringidas al cuidado de la empresa en cuanto a combatir y evitar la dispersión del virus ISA y del copépodo que actuó como vector de esta enfermedad conocido como “piojo de mar” (Caligus sp.). De esta forma se condicionan las actividades de SERNAPESCA a una congruencia con los intereses de la industria salmonera, que se reflejan en sus propias leyes, fiscalizaciones y eventualmente sus propias sanciones. Es por ello que el actuar de SERNAPESCA (organismo del Estado) es deficiente, y aún más si se menciona que para las "tareas de sanitizacion" de naves, recipientes y trabajadores salmoneros se usaron pesticidas como DELTAMETRINA y desinfectantes como VIRKON y ANUTEX, los cuales son clasificados como tóxicos para los estados larvarios de crustáceos, moluscos y peces que constituyen sustento de la actividad pesquera artesanal.
El 13 de Mayo recién pasado, la comisión de Pesca y Acuicultura de la Cámara de Diputados, casi por unanimidad, aprobó un paquete de reformas a la Ley de Pesca y Acuicultura que ingreso el Gobierno Socialista de la Presidenta Bachelet. Con esta Ley se creo un organismo “competente” llamado “Mesa de Trabajo del Salmón” con la intención de salvaguardar la imagen de la industria del salmón. En esta se reúnen los servicios públicos ya encargados de fiscalizar a la industria y además la participación como dice Héctor Kol (2) de “actores relevantes como los son las ONGs y Salmón-Chile, y a nadie mas”. Fueron tan “claras” las resoluciones de esta mesa que el responsable del plan de antibióticos en el mal uso de las drogas es el veterinario de la empresa y no las "inocentes" industrias salmoneras. Mientras que la segunda “genial idea” de este grupo privado de trabajo es la privatización del mar, camuflada en la creación de los Barrios Salmoneros para hacer mas “eficiente” la gestión productiva de las salmoneras, pero cabe preguntarse ¿Más eficientes en que?. Claramente el objetivo de esta Mesa Privada del Salmón es salvar a la industria salmonera, y no le interesa evaluar o investigar su labor ambiental ni económica y por ello es que, con el aval de las ONGs (TERRAM, OXFAM, OCEANA-Chile y OLACH), la primera medida fue regalarle aún más dinero (US $450 millones) a las industrias salmoneras para rematar después regalándole el mar.El proceso de privatización del mar, deja en claro que esta industria que daba "grandes" ingresos al país, ahora mendiga limosnas para sobrevivir, y la mano de caridad proviene de la "solidaria y desinteresada Mesa de Trabajo del Salmón", en cuanto a como funcionara el engaño de la privatización, este consiste en lo siguiente:
La creación de barrios salmoneros apunta a una reorganización de la industria salmonera, utilizando las fases de engorda que se ejecuta en balsas jaulas flotantes en sitios marinos. Esta reorganización de barrios salmoneros es en cuerpos de agua como lo es el caso del Fiordo de Reloncaví donde funcionan empresas que cultivan la misma especie bajo las ya dichas normativas de los servicios competentes. El problema consiste en que las ONGs y la Mesa del Salmón quieren pensar que los barrios impedirán la proliferación de las enfermedades. Pero olvidan dos importantes cosas: que en los cuerpos de agua donde se formaran estos barrios existe la pesca artesanal y el turismo y además el territorio del cual se habla esta reservado para su explotación a la misma pesca artesanal por la ley de Pesca vigente (Articulo 47).
Si SERNAPESCA no cumplió con la labor fiscalizadora en estos 20 años de existencia de la industria salmonera en el mar austral, donde la industria salmonera ha saqueado y contaminado sin freno alguno, ¿Cómo se van a cumplir las leyes que crea la omnipotente Mesa del Salmón?, a esto surgen las dudas de la pesca artesanal, ¿Por donde navegara la Pesca Artesanal, si en estos Barrios salmoneros las salmoneras podrán mover a voluntad sus instalaciones?, ¿Deberán someterse los pescadores artesanales a las fumigaciones con desinfectantes y pesticidas que, además, son tóxicos para sus propios recursos pesqueros tradicionales?.
Además de no respetar ni la actividad turística, ni la pesca artesanal también esta la existencia de sistemas acuáticos que tienen una capacidad de carga limitada que nunca se ha establecido (increíble…), ignorancia que se camufla en la declaratoria de las Áreas Aptas para la Acuicultura (AAA) que solo son polígonos trazados en una oficina provista de un regla y de un lápiz, y que nada tienen que ver con lo que pide la Ley de Pesca vigente para probar la capacidad acuícola que ellos tienen. Así se esta declarando TODO el territorio marítimo chileno apto para la acuicultura si que se haya comprobado si es cierto o no (sigue siendo mas increíble aún).
Las reformas a la Ley de Pesca que promueve la Presidenta Bachelet señala en su Titulo III letra (e):
Se establece expresamente la constitución de prenda sin desplazamiento sobre las concesiones y autorizaciones de acuicultura, las que serán inscritas en el Registro de Prenda Sin Desplazamiento y se someterá a las disposiciones de la Ley N° 20.190. A fin de asegurar los intereses del acreedor, una vez iniciada la ejecución o dictada una medida precautoria sobre la concesión o autorización y hasta por el plazo de dos años, no se aplicarán las causales de caducidad, salvo que el ejecutante o el adquirente de la concesión o autorización en venta forzada sea el mismo titular o una persona relacionada con él.
El precio de la ineficiencia de la industria salmonera lo están pagando los más de 30.000 trabajadores despedidos, donde las deudas los mantienen en condiciones de inconstante tranquilidad por no mantener una vida digna para su familia. Pero en las cúspides de las empresas, Cesar Barros señala (presidente de Salmón-Chile) “sin la industria salmonera estas regiones volverían a la edad de piedra”, donde claramente es preferible volver a la edad de piedra a seguir aceptando como deslegitiman la actividad proletaria como eje central de la funcionalidad de la sociedad. Es por ello que desde la implantación de este proyecto, es que los empresarios, políticos partidistas y carroñeros migajientos le ponen más fichas a un modelo que cada vez esta tocando más fondo. Ya en la Cámara de Diputados (por 92 votos a favor y uno en contra) y recientemente en el Senado (por 28 votos a favor y tres en contra) se ha aprobado en “general” como paso previo para que los chilenos pierdan, en manos de un Gobierno Socialista, el Mar que nos prometía un futuro esplendor.El Estado chileno en su “defensa de la seguridad y paz ciudadana” no permitirá que se produzcan actos de repudio a su clara colusión con el empresariado, ejemplo de ello es el allanamiento e incautamiento de material de trabajo a los dirigentes sindicalistas, donde se encontraba Héctor Kol, a los cuales se les imputa como responsables de un acto “terrorista” a las oficinas de Salmón-chile, en Puerto Montt en el pasado mes de mayo. El llamado es a no legitimizar la actividad del empresariado reflejada en el fiscal Sergio Coronado a cargo de la querella hacia los trabajadores, ya que claramente quieren callar sus voces de lucha con allanamientos que llevan a montajes que se ilustran de manera nociva en los medios de comunicación burgueses como forma de desligitimizar un movimiento que no para, ni menos da un paso atrás.
(1) Carlos Vial, Gerente General de INTESAL-Salmón Chile, Diario El Llanquihue, 25 de Abril, 2009.
(2) AGO, Pescadores Artesanales de Aysén.
¿Lucha ciudadana o lucha de clases?
“Comenzar una ´negociación´ con los tecnócratas en el terreno de la legislación burguesa es una derrota antes de comenzar la lucha”. (1)
La organización política común a las sociedades que existen dentro del marco del sistema capitalista, y particularmente bajo el modelo de Estados neoliberales, corresponde al sistema democrático. A pesar de que su origen histórico se remonta a los años de la antigua Grecia, su hegemonía como modelo de organización político-social se alcanza luego de que el capitalismo se transformara en el modo de producción dominante sobre el orbe (hace sólo un par de siglos atrás). Se sustenta esta forma de gobierno, en la idea de que es el Pueblo el que, principalmente mediante el voto, dirige su destino. La participación de la sociedad civil en los mecanismos democráticos es, sin embargo, relativa. Desde sus orígenes en Grecia, sólo participaban en política ciudadanos varones y con un status social determinado. En Chile, recién en los años '40 la mujer tuvo derecho a voto. Puesto que en sus orígenes en Grecia la democracia se practicaba en las polis o ciudades, se llama ciudadanos a quienes, aparte de habitar en las polis, tienen derecho a participar de la actividad política. Por tanto la democracia, para quienes la apologizan, debiera ser una forma de gobierno en que todos los ciudadanos y ciudadanas gozan de iguales derechos y deberes. A partir de esta idea, son varias las personas y organizaciones que, observando las innumerables y cotidianas contradicciones e injusticias sociales y políticas, apelan a un refuerzo de los principios democráticos y una mayor participación ciudadana como forma de solución a los problemas. Pero olvidan estos grupos e individualidades, voluntariamente o no, una cuestión trascendental: Nuestra sociedad está estratificada en clases sociales, donde una clase minoritaria existe gracias a la explotación de las mayorías y al saqueo de la naturaleza.
“La democracia es un sistema de gobierno; presume una estructura social en donde coexisten personas que dirigen y personas que obedecen, personas que poseen dinero y pueden comprar los servicios de quienes no lo tienen que, a su vez, deben arrendarse a los primeros para acceder a aquel. Es la reafirmación de una forma de vida y, a la vez, de designar autoridades, un método que permite elegir, pero en ningún caso alterar la estructura de clases de la sociedad. La votación, o el hecho de generarse el gobierno en virtud de un acto eleccionario, en nada exime a éste de su carácter eminentemente representativo de la dicotomía estructural que existe entre gobernantes y gobernados; en otras palabras, de su carácter clasista. Jamás un gobierno podrá manifestarse en forma de la simple función social que es o debería ser; por el contrario, inserto en la cúspide de la pirámide jerárquica social como facultad privativa de las clases dominantes o de su representación política, es la manifestación más genuina de una sociedad irremediablemente escindida en clases. Por consiguiente, cuando algún líder ‘progresista’ expresa su aspiración a establecer ‘un gobierno del pueblo’ no está sino reafirmando que ese ‘pueblo’ necesita de un gobierno y que la separación entre gobernantes y gobernados es una verdadera y fatal necesidad social” (2).
Entonces, si las clases dominantes se legitiman mediante el ejercicio de la democracia, y como éstas no están ni estarán nunca interesadas en alterar la estructura de clases, es lógico que la legalidad y el marco institucional de un gobierno democrático esté diseñado para perpetuar las relaciones de poder existentes dentro de un determinado cuerpo social. Es por ello que seguir una vía legalista, de ejercicios ciudadanos, no puede dar como resultado ninguna solución efectiva o significativa a los variados problemas que deben enfrentar las clases explotadas y oprimidas. Puede ser ingenuidad de algunos grupos. Quizás se tragaron la publicidad del sistema, y crean de manera honesta que mediante la acción ciudadanista puede obtener resultados relevantes. O quizás a algunos líderes de ciertos grupos, que teniendo algo de conocimiento del sustento real por el que se mueve el mundo, no les guste utilizar cierta fraseología histórica que pueda “asustar a la gente”. Mejor, piensan, no mencionar las ideas de pueblo, de clases sociales, de revolución, de socialismo, de proletariado, mucho menos de comunismo ni de anarquía. Pero la cuestión es que si esos conceptos, surgidos a partir de experiencias de lucha y sistematización conciente de nuestra clase en tiempos pretéritos, esas ideas que dieron a luz producto de las luchas de nuestros mismos abuelos y padres, se encuentran hoy sin contenido y pueden sonar “feo” al común de la gente, entonces la solución no es dejarlos de lado, o usarlos sólo entre los “convencidos”, sino de encontrar los caminos por los cuales estas ideas se revitalicen y tengan sentido real. No se trata de oponer a las vías ciudadanistas una concepción ideologizada de lo que debiera ser una correcta, verdadera o pura vía de acción revolucionaria, sino por el contrario, se trata de reconocer aquellas lógicas de organización y lucha que constituyan un sustento real sobre el cual construir una propuesta revolucionaria, a la vez que desarrollar, en el seno de dichas experiencias, las capacidades y herramientas necesarias para su autoconducción y avance efectivo y conciente. Porque se debe reconocer que una cosa es que ciertos grupos tengan como política la cooptación de procesos populares potencialmente peligrosos para la institucionalidad capitalista, grupos que normalmente se presentan a sí mismos como progresistas, ciudadanistas, de nueva izquierda o izquierda del siglo XXI; pero otra cosa es la constitución autónoma de grupos de vecin@s, estudiantes, trabajador@s o consumidor@s que se dan cuenta que el sistema en sí no es capaz de dar respuesta ni siquiera a lo que dice que debe ser y hacer. Es decir, si un gobierno promete que no se harán en una determinada zona más proyectos industriales que dañan la salud de las poblaciones circundantes o de ecosistemas locales, y luego sucede que dichos proyectos son igualmente puestos en marcha, no se puede sino estar de parte de aquellas posibles agrupaciones que se organicen con el objetivo de hacer valer la palabra empeñada. Porque el primer gran salto para la toma de conciencia es el darse cuenta de las cotidianas situaciones ilógicas que el sistema genera. Y si un grupo de personas se da cuenta de un problema que los aqueja directamente, y se organiza para solucionarlo, no puede sino ser interpretado como un avance en el terreno de la construcción de identidad clasista y posicionamiento anticapitalista. Y la actitud de las personas y grupos que comparten una crítica radical al sistema frente a estas agrupaciones “ciudadanas” debiera ser la de acompañar estas experiencias, pero no diluirse en ellas, no hacerse parte de sus limitaciones, sino precisamente, mediante el debate fraterno y la práctica común, demostrar la existencia de estas limitaciones y el porqué de las mismas.
“El proletariado no está normalmente dispuesto a ver cómo sus derechos democráticos actuales, ya de por sí altamente irreales, son aún más vaciados de contenido (contenido que siempre ha sido un resultado de la lucha y no de concesiones filantrópicas) o incluso suprimidos totalmente. Tampoco su movimiento asume como punto de partida una comunidad ideal, ya que arranca precisamente de una masa de individuos atomizados que, mediante un proceso complejo y largo de autoorganización y autodesarrollo, ha de constituir todavía su propia forma de comunidad.”(3)
No se trata de guiar, de llegar con la verdad, sino de autoconstituirse como clase. El Pueblo educa al Pueblo. Es decir, él mismo se autoconstruye en la medida que toma conciencia de su existencia concreta e histórica. Porque es como entes concientes de la clase que se contribuye a la toma de conciencia de otros compañeros y además se potencia la propia actividad y formación individual. Muchos grupos revolucionarios llaman a esto “trabajo de base”, pero sucede que si bien se acercan a estos espacios (se “insertan”), no muestran claramente sus posiciones y tratan desde las sombras de guiar a estos grupos. En el fondo la acción social se convierte (en el mejor de los casos) en una disputa de espacios sociales entre grupos reformistas y “revolucionarios”, pero no se asume como una tarea militante la autoconstrucción de clase. No es guiar, es potenciar aquellas características que sustenten el proyecto revolucionario y de mostrar las limitaciones e incoherencias que ciertas prácticas poseen, lo que quienes estamos por la construcción de una sociedad distinta debiéramos hacer. En síntesis, el ciudadanismo, como bandera de lucha y lineamiento político, no es otra cosa que la cooptación de incipientes espacios críticos al sistema y una vía segura a la derrota de las demandas parciales de los sectores populares. Hay que ser claros en este sentido, no podemos promover, si de verdad nos interesan las condiciones de vida de nuestra clase, caminos que llevan finalmente a la inactividad o a la impotencia política y social del pueblo en general. Debemos promover el desarrollo de espacios de organización que promuevan la identidad de clase de forma conciente, y que constituyan experiencias efectivas de confrontación al Estado y al Capital; y de reconocer en otros grupos aquellas características que se deben potenciar y de, en conjunto, vislumbrar sus límites, sus errores y sus posibles salidas. En el fondo, se trata de fomentar una toma de posición conciente en la lucha de clases. Ya basta de querer sonar bien, de tratar de no asustar a la gente. No es el esparcimiento de consignas ideologizadas lo que nos mueve, sino de darle contenido real para el resto de hermanos de clase, a los “viejos conceptos e ideas. No es tampoco una tarea evangelizadora; no creemos que ya esté todo dicho y escrito y lo que viene ahora es sólo poner en práctica lo que los “mamotretos” indican, y de hacer que nuestros amigos repitan con devoción frases del Capital de Marx, de La Conquista del Pan de Kropotkin o las tesis de la Sociedad del Espectáculo de Debord, sino de hacer una praxis revolucionaria integral y real. De ser capaces de aprender, de comprender y de desarrollar conocimientos, de ser capaces de difundirlos no de manera publicitaria, sino de forma conciente y efectiva, y de llevar una práctica no sólo militante en cuanto a actividad político-social, sino como forma de vida. No como una carga, sino como una experiencia integral dura, pero digna y gratificante, de vivir y luchar contra este sistema asesino.
La dominación capitalista y la división clasista de la sociedad la vivimos diariamente, la padecemos de forma cotidiana. La dignidad nos impide cerrar los ojos y sumirnos pasivamente en la somnolienta y falsa comodidad que ofrece este sistema. Tomamos y asumimos nuestra posición de clase, pero no para enaltecerla, sino para negarla rotundamente. Somos explotados y queremos dejar de serlo. Creemos que para ello es imprescindible el reconocimiento de la clase en su conjunto de su condición y su posición en la producción y reproducción de la vida y, por supuesto, su autoorganización para crear un mundo distinto. La clase dominante, que controla la legalidad y la violencia institucional (FFAA, policía, paramilitares) no va a permitir democráticamente que el pueblo deje de trabajar y producir y producir para el enriquecimiento continuo de una minoría y, por el contrario, lo haga para sí mismo, puesto que esto significaría el fin de su existencia de privilegios, y también, obviamente, el fin de las clases sociales como tales. Lo que la democracia permite son ciertos reacomodos y negociaciones en cuanto a las condiciones de explotación, pero no permite el fin de la misma. Esto no quiere decir, dogmáticamente, que toda lucha por reformas dentro del marco democrático, sea un retroceso para el desarrollo de un proceso revolucionario. Es justo y necesario que el pueblo luche por mejorar sus angustiantes condiciones de vida. Por lo demás, todo “privilegio” legal para los explotados y explotadas es fruto de luchas proletarias y populares anteriores. Pero no se debe perder de vista que si estas luchas parciales no son parte coherente de un proceso de construcción de más largo aliento, con el tiempo se transforman sólo en más eficientes formas de dominación. La idea de ciudadano o ciudadana es una figura legal que presupone que todos y todas somos iguales ante la ley, que todos y todas poseemos los mismos derechos y deberes. Pero nosotr@s sabemos que esto no es cierto. No es más que una fachada publicitaria del sistema para perpetuar la dominación.
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(1) Editorial del 1º Número de El Radical Libre. 2008. (http://el-radical-libre.blogspot.com/2008/06/boletn-n1-abril-2008.html)
(2) Manuel Acuña Asenjo, En el umbral de una nueva fase dentro de la evolución del sistema capitalista mundial (parte (II). 2008. (http://www.continente.nu/castellano/artiklar/artikelPost.cfm?show=2313&sammaKategori=A&tabell=seccion)
(3) Roi Ferreiro, La democracia mistificada. Revista crítica al libro «Contra la democracia». 2007. (Disponible en http://www.geocities.com/cica_web/)
En democracia, poco a poco los CAA y federaciones estudiantiles fueron siendo ocupadas por partidos políticos tradicionales y grupos de seudo-izquierda para cooptar y desmovilizar, reflejando a sí mismo la inexistencia de un movimiento estudiantil constituido que pudiera utilizar de forma efectiva estos espacios como herramienta de lucha contra el sistema educativo enfocado en el lucro. Es por ello que actualmente las organizaciones de los jóvenes universitarios se ven estancadas por estos motivos generados por los partidos políticos burgueses y del mismo Estado que le teme a la organización de las bases universitarias reprimiendo sus actos, desmoralizando y desmovilizando al estudiantado que busca desde hace tiempo un cambio a nivel estructural de financiamiento y el congelamiento de aranceles, demandas históricas que atacan directamente la educación burguesa.
El ataque al estudiantado y la legalidad de la represión.
Este miedo a la organización, es una de las causas de que ciertos partidos políticos se disputen el poder federativo de la universidad para que sus intereses partidistas influyan directamente en los periodos de movilizaciones. El hecho de que el ex presidente de la FEC, el ciudadano Francisco Rodríguez Vega, renuncie a su cargo ante la presión que los centros de alumnos realizaran contra la dirección de la federación que ponía paños fríos a las movilizaciones y a las protestas, muestra la importancia de tener una organización que vele realmente por los intereses del estudiante. Este mismo señor que dentro de un e-mail enviado a los estudiantes decía haber: “mostrado con notorios ejemplos que las tradicionales manifestaciones violentas que podíamos ver en nuestro campus universitario, las continuas marchas destructivas con el consiguiente enfrentamiento de encapuchados con Carabineros no sirven de nada, mas que para contentar el programa de pequeños grupos anarquistas y enarbolar mezquinas banderas de luchas ideológicas eternas, pero alejadas de las necesidades corrientes de todos ustedes.”, estos comentarios buscan deslegitimar las acciones organizadas de los (as) estudiantes y jóvenes concientes que encuentran en la protesta y en la movilización una medida de presión hacia el Gobierno y una forma para mostrar el descontento del actual modelo educacional. Este tipo de declaraciones muestra el carácter y la posición que tienen los militantes de los partidos políticos para estigmatizar al movimiento estudiantil, como un movimiento violento, subversivo y con delincuentes que buscan hacer destrozos en la Universidad. Una verdadera caza de brujas. Entonces ¿Son delincuentes los compañeros que se tomaron la facultad para pedir mejoras para todos nosotros? ¿Las actividades que buscan crear conciencia en los estudiantes como son los documentales, charlas o claustros están causando destrozos en la facultad?
Pero no sólo ataques a las organizaciones estudiantiles de base se realizan desde los puestos federativos, sino que también directamente de nuestra facultad (Ciencias Naturales y Oceanográficas). El pasado mes de Julio el COCINA convocó a una actividad que se realizaría en una de las salas de dicha facultad para informar y debatir sobre algunos temas relacionados con el sistema de educación que actualmente nos rige, sala que por supuesto fue pedida siguiendo los conductos regulares ya determinados. Al parecer esta idea no fue muy aceptada desde los puestos más altos pues un día antes de realizar la actividad se negó la ejecución de esta. El argumento: Las salas no se prestan para hacer política. Con este acto de censura hacia el Colectivo nos preguntamos, ¿Cuál es el temor de no querer hacer política dentro de la facultad? ¿Hacer actividades para que nos mantengamos informados requiere un permiso especial? Ante estos hechos de represión, expresamos nuestro malestar, pero nuestras ganas de seguir informando y creando conciencias dentro de la facultad no van a cesar mientras exista un sistema educacional que nos oprima día a día y todavía tengamos manos para luchar contra él.
Ahora, no solamente las agresiones de los miembros de partidos políticos o de miembros de nuestra facultad se dan a conocer, sino que ahora últimamente la gran mano del Estado nos apunta y empuja para mantenernos callados y ciegos frente a los problemas que no sólo afectan a la educación sino que al conjunto del pueblo que se manifiesta en las calles, pues ahora la represión se transforma en ley. A fines del mes de julio fue aprobado en la cámara de Diputados un proyecto de ley que endurece las penas para quienes provoquen desmanes y presume como responsables “a quienes hayan llamado, a través de los medios de comunicación o por cualquier otro medio, a reunirse o manifestarse”, esto se traduce como un golpe hacia nuestro derecho a la protesta, a la libre expresión y al derecho a reunión. Pero, ¿Hacia donde apunta este proyecto de ley?
Esta nueva ley lo único que promueve es que los llamamientos a protestar se hagan en menor medida, para evitar sanciones, además, de desunir a los movimientos mas amplios: a los movimientos de estudiantes, movimientos populares y a los movimientos de masas que son en gran medida los que ponen en jaque tanto la seguridad del Gobierno como en el plano coyuntural y económico, como es el caso de los trabajadores que pueden llegar a parar la producción del país. En fin, cualquier acto de descontento social será buscado y castigado por esta ley y por sobre todo a los que las ejecutan, desde los organismos de represión tanto la policía uniformada como la civil, hasta los miembros de las camarillas del Ministerio del Interior.
El llamado hacia la organización y a la práctica política.
La necesidad de que el estudiantado se organice es sumamente importante para todos los que creen en un cambio profundo a nivel educacional y sobre todo económico. No se puede especular ni crear ideas sobre una educación más justa sin tener una práctica que avale estas ideas. A esa práctica es a la que el Colectivo de Ciencias Naturales apela: A generar espacios de discusión, de información y de formación para que los estudiantes despierten y sean capaces de participar, de opinar, y concientizarse por lo que está pasando actualmente a nivel educacional. Como jóvenes que tenemos la capacidad de crear nuestro propio futuro, debemos ser capaces de movilizarnos y protestar frente a las injusticias que este sistema reparte por todos los sectores de nuestro país y no temerle a la represión que se pueda ejercer contra nosotros, ni tampoco ser pasivos frente a las críticas que se generan contra nuestro movimiento.
El llamado es a moverse, a agitar las aguas calmas de la indiferencia, si no nos damos cuenta todos sobre lo que ocurre realmente, los dueños de este país y los dueños de la educación seguirán como siempre robando nuestros derechos y nuestras vidas.
¡Participemos en las asambleas y en las instancias de organización estudiantil! ¡Exijamos lo que es nuestro, seamos críticos frente a los que tenemos en frente! ¡Levantamos la mano para preguntar y cuestionar la educación burguesa para luego con esa misma mano luchar contra ella!
No tenemos nada más que perder, si no más bien un futuro entero por ganar.
Gane quien gane, NOSOTROS PERDEMOS
Dentro de toda la maquinaria que emplea la clase dominante para perpetuar el actual sistema de explotación existe un sistema político propio del capitalismo, el cual contiene un sistema electoral basado en lo que se conoce como “democracia”. En Chile, paulatinamente este método de elección de gobernantes ha ido perdiendo su legitimidad, esto se refleja en el desinterés de la ciudadanía en general (especialmente la juventud) en participar activamente del proceso de elecciones de gobernantes. Actualmente, sólo el 55% de la población chilena mayor de 18 años acude a votar y marca una preferencia válida, el resto no está inscrito en los registros electorales, vota nulo o blanco, o simplemente hace el trámite necesario para “excusarse” (cuando en general pueden sufragar). Esto en parte es reflejo de la apatía generalizada en nuestra sociedad, en relación con intentar trazar su propia vida, respecto incluso a la participación en el proceso democrático que se vende a sí mismo (falsamente) como una instancia de decisión popular real. Por otra parte, también debe reconocerse que sectores del pueblo poco a poco comienzan a organizarse en busca de soluciones a problemas que los aquejan de forma directa y, como fruto de aquello, tomando conciencia de la necesidad de construir un sistema que realmente los represente. Para ello generan conocimiento desde su propia realidad material, demostrando que tienen el potencial de accionar de forma conciente y decisiva, y que poseen todas las capacidades para transformarse en una fuerza impulsora necesaria para la construcción de una nueva sociedad justa. Con esto queda claro que el concepto de democracia está muy lejos de ser sinónimo de política, ya que la lucha política popular . hace referencia a todas aquellas acciones en pos de la transformación revolucionaria de la sociedad.
Con un escenario poco auspicioso para la clase dominante como el que se comienza a gestar, la mejor alternativa que tiene es optar por la seguridad y estabilidad nacional, apelando a la paz social frente a un aumento de las movilizaciones en diversos sectores que tienen como causal las secuelas de la crisis. Es por esto, que la opción más conveniente para la burguesía es la continuidad de los gobiernos de la Concertación, los cuales tienen una mayor experiencia para cooptar y controlar levantamientos populares. Aquí la figura de Eduardo Frei cobra importancia, considerando el hecho de que él ya fue Presidente anteriormente y su periodo coincidió con un escenario de crisis económica (crisis asiática), que aunque fue de menor impacto que la actual, le da experiencia que el abanderado de la Alianza por Chile (Sebastián Piñera) no tiene. Esto no quiere decir que necesariamente él resultará electo como Presidente a fin de año, ya que aunque posee ciertas ventajas ante sus competidores, hoy es bastante difícil pronosticar un ganador al existir un grado muy elevado de desinterés en la población por votar, situación que es esperable pensando que en 19 años el sistema de sufragio para elegir gobernantes no ha sido capaz de mejorar la calidad de vida del trabajador. Por el contrario, aumenta la precariedad de su condición y la enmascara.
Eduardo Frei, un rostro conocido.
Como acabamos de decir, la ventaja de éste candidato es grande. Él es el hombre llamado a levantar este clima de tensión generado por la crisis global; muchos dicen que él es quien tiene mayor capacidad para hacerlo. Sin embargo, no todo es ventajoso para este ex-presidente, ya que los mismos gobiernos de la Concertación han perdido considerable adherencia de la ciudadanía, debido a su notoria incapacidad para satisfacer las necesidades del Pueblo.
Muchos se preguntan por qué la Concertación apostó por Frei. La respuesta está en su sector político; él es demócrata cristiano (DC), por lo que trata de asegurar los votos de las posiciones más conservadoras de su partido que podría arrastrar Piñera, además de que se asegura el voto duro oficialista (aquellos que votan frecuentemente por el bloque concertacionista). También Frei tiene la capacidad de obtener los votos de los otros sectores a través de acuerdos políticos. Hoy, Eduardo Frei apuesta por un “recambio” en la clase gobernante, apostando a la “juventud” para los representantes de su eventual gabinete, discurso que es bastante contradictorio considerando su propia edad. En este aspecto, el mejor representante de este tipo de recambio, que de aires frescos a la clase gobernante, es Marco Enríquez Ominami.
El Factor Enríquez-Ominami.
Es el representante de toda la ciudadanía que está descontenta con los gobiernos concertacionistas pero que no sienten la confianza en la derecha para votar por Sebastián Piñera. Su campaña se inició con el propósito de mostrarse a la gente, y de obtener la suficiente cantidad de votos como para ser reconocido en la actividad electoral y no pasar al olvido inmediatamente; esta situación cambió radicalmente, puesto que poco a poco fue ganando bastante adherencia (demostrando otra vez que la ciudadanía está cansada de la concertación), principalmente en los sectores que se sienten más identificados con la “centro-izquierda”. Hoy, Marco Enríquez-Ominami, puede cambiar el panorama por completo, si es que logra desplazar a Frei en la primera vuelta (hay encuestas que actualmente hablan de un “empate técnico” entre ambos).
la “centro-izquierda”. Hoy, Marco Enríquez-Ominami, puede cambiar el panorama por completo, si es que logra desplazar a Frei en la primera vuelta (hay encuestas que actualmente hablan de un “empate técnico” entre ambos).
Independiente de todo ello, no olvidemos quien es este candidato; es un representante de la clase gobernante, que hace poco tiempo renunció al PS, por ello su programa de gobierno propuesto es bastante conciliador. Habla de mejorar la calidad de vida de los sectores más bajos de la población, pero a la vez permitir que la clase empresarial logré desarrollarse más aún y seguir abriendo los negocios al mercado extranjero. En otras palabras, plantea básicamente lo mismo que los gobiernos de la concertación desde Aylwin a Bachelet. Así, la situación precaria de la clase trabajadora en Chile no se vería beneficiada para nada. Sólo como ejemplo de todo esto podemos decir que no es extraño que una persona relacionada con la derecha sea su jefe de campaña (Carlos de Urresti), y que su programa de gobierno propuesto tenga grandes semejanzas con partes de los proyectos de sus rivales Frei y Piñera.
Enríquez-Ominami y su postulación a la Presidencia es la demostración de la “farandulización” del sistema electoral, al mostrarse como un candidato que llama a votar por él por la condición de agotamiento de los gobiernos de la Concertación más que por una propuesta política diferente.
Sebastián Piñera y su última oportunidad.
Es el candidato de la derecha, y aunque su coalición política (RN– UDI) está íntimamente
relacionada con los círculos de Augusto Pinochet, el intenta posicionarse como el emprendedor que debe enterrar el pasado para obtener un futuro mejor a través del sistema por el cual él se hizo multimillonario durante la dictadura militar. Aunque Piñera representa el ala de la derecha más amante del mercado que de los valores fascistas-conservadores, no hay que olvidar que a la mayoría de los sectores de lo que será su eventual administración no les temblará la mano para nada (menos aún que a la concertación) cuando sea la hora de reprimir con sangre a los movimientos sociales descontentos con el sistema que sin duda, se volverá más visible durante su gobierno.
Para los muchos que sueñan con tener tanto dinero como él, Piñera representa el cambio necesario, ya sea para poder continuar acumulando bienes a costa de nuestra explotación, o para beneficiarse de alguna forma (o impedir que la concertación siga beneficiándose) de la nueva camada de burócratas que tomará los puestos de poder en oficinas y ministerios.
Para muchos, unos cuantos meses atrás él era la persona quien fácilmente lograría obtener la banda presidencial en las elecciones de fin de este año, todo esto debido al descontento con los gobiernos de la Concertación, el cual se veía reflejado en el bajísimo porcentaje de aprobación de Michelle Bachelet como presidente de la república (alcanzó a bordear el 30% de aprobación). Sebastián Piñera representaba el recambio, el orden público estable en el tiempo y un eventual gobierno capaz de administrar de forma correcta los recursos del Estado, esto último debido a que es un empresario exitoso. Sin embargo, con el correr del tiempo, la Concertación ha buscado formas de bajar la adherencia de la comunidad al abanderado de la Alianza. Para ello ha recurrido a dos recursos principales; por un lado la capacidad de intervenir en los medios, mostrando públicamente problemas de gestión de fondos en las compañías de las que Piñera forma parte; por otro lado, utilizando recursos del Estado para cambiar el clima de desaprobación del gobierno de Bachelet a través de la entrega de bonos a la ciudadanía, tales como bonos familiares, previsionales, para la tercera edad, etc. Como resultado de estas tácticas del gobierno en ejercicio, la aprobación de Bachelet como presidente se ha incrementado considerablemente, así como también las últimas encuestas no logran proclamar a Sebastián Piñera como un fácil ganador de las elecciones cada vez más cercanas.
Arrate y el Pacto Juntos Podemos Frente Amplio.
La campaña de Jorge Arrate busca emular al ex-presidente Salvador Allende y conquistar una alianza firme con la Concertación. Esto se ve reflejado en su discurso y en la creación del Nuevo Pacto Democrático y Popular. En general, la campaña de Arrate no pretende ser exitosa en sí misma, sino arrastrar votos para la concertación en una eventual segunda vuelta. Esto no hace más que confirmar la política pro-capitalista que el PC chileno y los grupos afines al Juntos PODEMOS han hecho más patente en los últimos años
Consideraciones finales.
“Yo tengo poder, yo voto”, fue la frase de la campaña impulsada por el gobierno para volver a legitimar el sistema electoral en el pueblo chileno. Esto es prueba de que existe un desgaste evidente en la forma de elegir a nuestros dirigentes. El pueblo poco a poco ha perdido la esperanza en la gente que busca la presidencia de la república, y más que por la capacidad de cada uno de los candidatos es por una razón más relevante: el Estado burgués no es más que un instrumento de dominación de la clase empresarial sobre la clase trabajadora; por ende, no satisface la necesidades populares. Esto se ha visto reflejado desde que se instauró el capitalismo como sistema social de clase. Lo que el pueblo debe buscar es su liberación como clase, y para ello debe apuntar a una transformación global de la sociedad, vale decir al cambio en el modo de producción capitalista por otro basado en el respeto entre la humanidad y entre ésta y el entorno natural, así como también la transformación del poder político burgués en poder popular que logre transformar de una vez por todas el sistema de explotación humana vigente en la actualidad.
No importa quien gane las elecciones de fin de año, puesto que sea quien sea, representará a la burguesía, y por ende, será nuestro enemigo; enemigo al cual hay que enfrentar comprendiendo que tenemos una gran ventaja, nosotr@s: los explotados y explotadas por este sistema, somos mayoría.
Sergio Coronado es el fiscal responsable de haber culpado a Héctor de haber sido una de las cabezas responsables del ataque a las oficinas de Salmón-Chile, junto a tres sindicalistas más, los cuales, según el fiscal son dirigentes nacionales del FPMR. Es también responsable de culpar a un joven de 16 años de liderar el complejo grupo anárquico terrorista árabe insurreccional que atacó las oficinas. También es responsable de la creación de las cinco posibles formas que invento Héctor para destruir las oficinas de Salmón-Chile, entre las cuales esta la difícil fabricación de una bomba chipriota. También es responsable de inventar el grupo anarquista 3 de Mayo, que efectúo el atentado un 4 de Mayo. Es responsable de incautar material de trabajo sin orden de allanamiento, el cual ya esta siendo periciado (hecho ilegal). Es responsable de inventar los “allanamientos voluntarios”.
Es responsable de crear un nefasto montaje que amparado en las cúpulas corporativas de este sistema es capaz de cobrar vida propia y así poder encarcelar a personas que creen que el mar simplemente no se puede privatizar.
lunes, 19 de octubre de 2009
Esta es su democracia
¿Hasta cuando seguiremos aguantando?
Información tomada de Mapuexpress:
Mas de 20 heridos con perdigones, entre ellos 7 niños, y unos 10 detenidos fue el saldo del violento allanamiento hecho por Carabineros en la Escuela de la comunidad Mapuche de Temucuicui. Los hechos ocurrieron mientras las Autoridades del Lofche y representantes de Conaf firmaban se encontraban reunidos en la Escuela del lugar, para firma acuerdos de trabajos comunitarios con la institucion forestal. Los funcionarios de Conaf fueron testigos del actuar humillante e indiscriminado de carabineros. Un verdadero asalto en que sin miramientos fueron heridos y afectados por gases lagrimojenos niños, mujeres y ancianos, siendo además "secuestradas" las autoridades mapuche de Temucuicui.
domingo, 18 de octubre de 2009
NO VOTAR!
domingo, 4 de octubre de 2009
"Jornadas por el bicentenario" Construcción Histórica de la Mentira Tricolor.
Cronograma:
Martes 13 de octubre:
- 09:30 – 10:00 hrs. Presentación Jornadas e intervención musical
- 10:00 – 12:00 hrs. Mesa I: Construcción del Estado – Nación. Prof. Danny Monsalvez & Mario Valdés
- 12:00 – 13:00 hrs. Debate estudiantil de la mesa I
- 13:00 – 14:00 hrs. Almuerzo
- 14:00 – 16:00 hrs. Mesa II: Expansión territorial del Estado: Guerra del Pacifico y usurpación del territorio Mapuche. Prof. Pablo Mariman & Pablo Ortega
- 16:00 – 17:00 hrs. Debate estudiantil de la mesa II
- 17:00 – 17:30 hrs. Café.
17:30 – 19:30 hrs. Mesa III. Estado y movimiento obrero en el centenario. Prof. Sergio Grez & Laura Benedetti
- 19:00 – 20:30 hrs. Debate estudiantil de la mesa III
Miércoles 14 de octubre:
(Mismos horarios de las mesas del día anterior)
- Mesa IV: Nuevo rol Estatal: expansión social y económica. Prof. Claudia Videla & Gabriel Salazar
- Debate estudiantil de la mesa IV
- Almuerzo
- Mesa V: Quiebre de 1973 e implantación del neoliberalismo. Prof. Ciro Ibáñez & Pedro Rosas
- Debate estudiantil de la mesa V
- Café
- Exposición fílmica, intervención artística y Coctail (sic)
- Cierre
lunes, 28 de septiembre de 2009
Comunicado a los militantes proletarios en lucha en Honduras
Escrito x Proletarios por la autonomía de clase y la revolución social proletariosporlaautonomia@yahoo.com
Quienes somos y por qué este comunicado
Nosotros no somos demócratas, aunque defendamos la democracia representativa como alternativa progresiva ante otros regímenes políticos con menores libertades formales. No somos ni partidarios de Mel Zelaya ni del panamericanismo de tipo chavista, aunque no ignoramos que su propuesta de capitalismo es menos asesina que la de los partidos y políticos neoliberales del común.
Luchamos por una sociedad donde el libre desarrollo del individuo sea el fundamento del libre desarrollo de la comunidad. Reconocemos al capitalismo como una forma de sociedad contraria a este objetivo, basada en una guerra de todos contra todos y, al mismo tiempo, en una dominación de clase corporizada en la existencia de las instituciones estatales, que mediante el monopolio de la fuerza, la ley y la legitimidad, aseguran la prevalencia de los intereses de clase de la burguesía por encima de los intereses del resto de la humanidad. Por lo tanto, reconocemos nuestra condición de proletarios, de clase explotada por el capital, como base para luchar por la supresión de la sociedad capitalista y de todo tipo de sociedad basada en la explotación (incluso si se llama a sí misma socialista o comunista).
Nuestro objetivo político específico como proletarios revolucionarios, es la construcción de un movimiento revolucionario del proletariado a nivel mundial, orientado a la supresión de la sociedad capitalista y la construcción de una sociedad libertaria. Pero al mismo tiempo que luchamos por este objetivo específico, seguimos siendo proletarios que viven en esta sociedad capitalista, y por lo tanto compartimos los padeceres cotidianos de las masas proletarias de todos los países del mundo, y sus luchas generales contra estos padeceres.
Uno de los objetivos generales que compartimos con el conjunto de nuestra clase es la lucha por reducir la explotación y mejorar nuestras condiciones de vida. Esto significa que somos parte y apoyamos el combate contra todo intento de las clases dominantes de intensificar la explotación y todas las formas de dominación y opresión política y cultural. Llevando esto a lo concreto, apoyamos a las masas en lucha en Honduras y compartimos sus objetivos inmediatos de denunciar y combatir las violaciones a los derechos civiles y políticos por el Estado hondureño, derrocar al régimen golpista, e impulsar un desarrollo de la democracia que permita una mayor participación ciudadana en los asuntos del país.
Hacemos todo esto sin renunciar a nuestra perspectiva y objetivos específicos. Todo lo contrario. Pensamos que la perspectiva de clase y la autonomía proletaria no pueden construirse al margen de las luchas cotidianas de los proletarios de carne y hueso. Por más que tengamos objetivos que trascienden a los objetivos actuales de las masas hondureñas en lucha (que por ahora están limitados a la democracia burguesa(1)), como dijimos antes, seguimos siendo, en nuestra vida social práctica, proletarios que viven en la sociedad capitalista. Y no hace falta mucho cerebro para darse cuenta que vivir bajo una dictadura es peor que vivir bajo un régimen democrático; que tomar una actitud pasiva ante semejante retroceso político significaría, para las masas trabajadoras, una derrota histórica que las hundiría en un clima de sumisión y servilismo, incluso si, como pretende el gobierno golpista, se mantiene formalmente el régimen democrático.
Si bien dentro de la democracia burguesa también se nos reprime cuando luchamos de forma consecuente por nuestros intereses, esa represión debe darse dentro del “juego democrático” en el cual, aparte de explotados, somos ciudadanos libres con derechos y garantías constitucionales, entre los cuales se incluye nuestro derecho a participar (vía electoral, parlamentaria, e institucional) en las decisiones sobre materia pública.
Por lo tanto, como nuestro punto de partida es la situación real de los proletarios reales, y no nuestra propia consciencia, como nuestro punto de partida son las luchas actuales del proletariado y no nuestros propios deseos, renunciamos al punto de vista ideológico de muchos grupos izquierdistas, que piensan que “los revolucionarios” deben abstenerse de toda lucha con objetivos limitados al sistema capitalista, y dedicarse a hacer propaganda anticapitalista abstracta.
Renunciamos también a toda forma de oportunismo. No ocultaremos cual es nuestro verdadero pensamiento ni festejaremos acríticamente toda medida tomada por el movimiento popular con el sólo objetivo de conseguir más adeptos a nuestras ideas.
Renunciamos también a toda forma de educacionismo y vanguardismo. Nuestra posición no se basa en un transfondo de tipo “vamos a acompañar la experiencia de las masas atrasadas y expliquemos pacientemente para que así puedan llegar a nuestra consciencia”. No “intervenimos” en las luchas proletarias, formamos parte de ellas porque nuestra condición de clase sigue siendo proletaria por más que cambiemos de ideas políticas y de aspiraciones personales para nuestras vidas. Que tengamos una concepción de las necesidades y capacidades humanas más allá de la mera supervivencia no significa que no tengamos que luchar por nuestra supervivencia, la propia y la de nuestros hermanos.
Somos conscientes de que una derrota del movimiento popular hondureño no se limitaría a las fronteras de Honduras, sino que envalentonaría al imperialismo yanqui y a los sectores más reaccionarios de la burguesía latinoamericana para asegurar el “blindaje” de sus democracias(2) e, incluso, revertir las tímidas medidas de los gobiernos “latinoamericanistas” destinadas a incrementar la participación popular en los asuntos nacionales y regionales y a disminuir la injerencia del imperialismo yanqui en los asuntos regionales.
Por todo esto nos interesa lo que pase en Honduras porque son nuestros intereses de clase los que están en juego allí, son nuestros hermanos los que están luchando allí. Por eso estamos por el avance del movimiento popular democrático (y de las posiciones del proletariado dentro de él) y por la derrota del régimen golpista. Porque la victoria del movimiento popular democrático será, al mismo tiempo, una victoria inmediata del proletariado hondureño y una victoria estratégica del proletariado latinoamericano en el camino a su autonomía de clase.
Aunque no estamos físicamente con ustedes, sepan que sí lo estamos con nuestro corazón y también con nuestras mentes. Es poniendo nuestras mentes al servicio de la victoria de nuestros intereses comunes, que les hacemos llegar estas reflexiones a la distancia (meramente física), que intentan ser un aporte de utilidad a esta lucha que nos involucra.
Los objetivos de los golpistas y la lucha contra ellos
El objetivo del golpe fue destituir al presidente Manuel Zelaya que, contrariamente a los intereses del imperialismo yanqui y de la burguesía hondureña, había girado políticamente hacia el chavismo y pretendía la elección de una Asamblea Constituyente que replanteara las bases de la democracia burguesa en Honduras.
El objetivo del régimen cívico-militar presidido por Roberto Micheletti es quebrar la resistencia popular y generar las condiciones para que el retorno a la democracia constitucional sea en términos favorables para el imperialismo yanqui y la burguesía hondureña. En otras palabras, que el pueblo hondureño se olvide de cualquier reforma más o menos importante del sistema político y de cualquier incremento cualitativo de la participación ciudadana en los asuntos públicos.
Cuando los medios de comunicación no son lo suficientemente efectivos para inducirnos a la apatía y a la resignación, cuando ya no basta con el engaño para mantenernos callados y serviles, vienen los palos y las balas. Los palos y las balas de las fuerzas represivas y los palos y las balas de la clase política y de los medios de comunicación. Normalmente la policía es suficiente para controlar físicamente al pueblo. Pero cuando esto no es así, se revela que las fuerzas armadas constituyen la fuerza policial de reserva que las clases dominantes usan contra las masas(3).
El objetivo de los golpistas, entonces, está claro. Quebrar la resistencia popular al golpe y asegurar una vuelta al orden constitucional donde sus crímenes queden impunes y donde no haya posibilidad de reformas importantes al sistema político. Ellos no quieren otra Venezuela.
Pero esto no debe ser una razón para desviar nuestra mirada crítica de los métodos de lucha y del discurso de quienes actualmente están liderando el movimiento antigolpista. En el frente contra el golpe hay líderes políticos y sindicales cuyo objetivo es la preservación del capitalismo y, más que la victoria popular, el regreso al orden democrático institucional. Se les distingue con facilidad: son aquellos más enfocados en la condena moral del régimen golpista en los foros institucionales que en su derrota material por las masas organizadas. Son aquellos más interesados en conseguir la solidaridad de presidentes y de “líderes mundiales” que en la cooperación internacionalista de los pueblos latinoamericanos. Son aquellos más enfocados en las medidas institucionales a ser realizadas por jefes y expertos en reuniones a puerta cerrada que en las medidas de acción directa a ser realizadas por quienes ponen el cuerpo todos los días. Son aquellos más interesados en negociar, parlamentar, escribir y leer discursos, que en imponer los intereses de las masas populares. Son quienes pretenden que todo gire alrededor de la figura y los discursos de Zelaya, y no de las necesidades y las capacidades de las masas trabajadoras en lucha.
Si la dirección de la lucha antigolpista sigue orientada a la “resistencia pacífica” para restaurar “el orden constitucional”, y si su principal método de lucha sigue consistiendo en marchas y concentraciones preanunciadas -que dejan a las masas en una posición vulnerable ante la represión estatal-, el movimiento democrático popular se irá desgastando y cada vez se irán generando más condiciones para que la salida a la crisis sea negociada por arriba. Lo cual es el objetivo compartido tanto por los golpistas como por los políticos profesionales que se ponen, de cara a la prensa internacional, a la cabeza de la lucha del pueblo hondureño. La salida negociada por arriba, además de garantizar la impunidad de los golpistas cívico-militares, cerrará la puerta a la profundización de la democracia y de la autoorganización ciudadana hondureña (que fue lo que motivó a la clase dominante, sus partidos políticos, y el ejército, a dar el golpe en primer lugar).
El enfrentamiento físico con las fuerzas represivas tiene el aspecto positivo de forjar en la lucha abierta contra el Estado a la parte del movimiento -en la cual prima la juventud- que está más radicalmente comprometida con la lucha contra la dictadura. Pero esto es a costa de exponer a la cárcel y a la muerte a los mejores elementos del movimiento popular y de generar un aislamiento entre esta minoría importante y el resto de la masa que no tiene la misma disponibilidad combativa (por lo cual tenderá a delegar el combate a las fuerzas del Estado en la nueva capa especializada).
Tanto para protegerse de la represión como para prevenir la especialización de una minoría en el combate físico contra las fuerzas represivas del gobierno golpista, es necesario que las condiciones de este combate sea establecidas por el mismo movimiento, y no por el enemigo. Para atacar al régimen en su núcleo y a la vez desde múltiples puntos, es necesario concentrar las fuerzas en la construcción de un poder de masas en cada barrio, en cada comunidad, en cada aldea, y rehuir la confrontación abierta con las fuerzas represivas cuando están prevenidas y mejor pertrechadas y preparadas para ella.
Sin autonomía no habrá victoria del movimiento, o ésta se transformará en la victoria de unos pocos
Para que la acción directa de las masas no sea encorsetada por los discursos y los métodos de los jefes, es preciso que el movimiento se desarrolle más allá de la división dirigentes/dirigidos. O sea, que su dirección sea un asunto de todos los que participen en él, y no de una élite dirigente. La mejor manera de lograr esto es enfocarse no sólo en la transformación de las estructuras políticas a nivel nacional, sino la transformación de la vida cotidiana.
La actividad consciente dirigida a transformaciones políticas y económicas exige un conocimiento que las masas sólo pueden adquirir en la misma lucha. A pesar de que las insurrecciones logran que las capacidades latentes que los individuos tienen para esta tarea despierten y sufran un desarrollo acelerado, este desarrollo tiende a ser insuficiente para compensar el atraso del que se partió, y por lo tanto luego de una breve experimentación espontánea de la autonomía, las masas tienden a volver a confiar en los viejos métodos consistentes en exigir a la autoridad lo que pueden tomar por ellas mismas, y a delegar la dirección de sus asuntos en los líderes y militantes que ya tienen una experiencia previa en lo institucional y en los movimientos sociales.
Este delegar sus asuntos por parte de las masas, sea ésta la voluntad de los líderes y militantes (muchas veces sí la es), genera una dinámica dentro del mismo movimiento de lucha que reproduce las jerarquías y la centralización de poder características del enemigo al que se combate. Es natural que algunas personas desarrollen mayores aptitudes que otras en algunas actividades y que, por lo tanto, en esas actividades ellas adquieran un liderazgo. También es natural que debido a la diversidad de experiencias de vida -y por lo tanto de consciencia-, algunas personas hayan ingresado antes que otras a la militancia social y política y estén mejor formadas para tareas características del cambio social y de la lucha política. Pero este desarrollo desigual de los individuos es un problema a resolver, no una premisa para justificar que unos se ocupen de mandar y otros de obedecer. Es un problema histórico, no algo propio de la “naturaleza humana” o así.
Por eso un movimiento socio-político, si quiere avanzar en sus objetivos y no estancarse, debe ser al mismo tiempo un movimiento por el desarrollo personal de los individuos que lo integran. En los movimientos sociales hay muchos ejemplos individuales de heroísmo. Pero los héroes individuales no deben estar para ser canonizados, sino para ayudar a construir al héroe colectivo. Los líderes no deben estar para ser seguidos, sino para tomarles como ejemplo de lo que podemos ser. Los militantes no han de estar para decir qué hacer al común de la gente, sino para transmitir su experiencia para que tod@s aprendamos a hacerlo por nosotr@s mism@s.
Paralelamente a las organizaciones y frentes que ya existen, será necesaria la creación de nuevas organizaciones que cubran los vacíos actuales en el desarrollo de la autonomía individual y colectiva de las masas que luchan. Y una participación cualitativamente distinta en los espacios oficiales de la resistencia antigolpista, de forma que domine la voluntad y la iniciativa de las bases del movimiento popular, tanto para prevenir el estancamiento como los manejos de los jefes a espaldas de las masas.
Pero la organización no precede a la lucha, sino que es uno de sus elementos. La organización autónoma permanente es el resultado de las luchas autónomas, y no al revés.
El movimiento y los métodos de lucha
La huelga general, el boicot comercial y la toma de los edificios públicos, son métodos que tienen sus virtudes pero también sus limitaciones. Es necesario explorar otras vías de lucha como el sabotaje, el desvío de los recursos empresariales para generar emprendimientos comunitarios, y la toma de fábricas, empresas de transporte, imprentas, y escuelas. Pero no con el objetivo de hacer demandas al poder, sino de construir un poder propio de las masas populares y dotar de recursos al movimiento de lucha.
Lo posible no se consigue a la manera posibilista. La lucha contra un régimen que ha suprimido las garantías democráticas y tiene al ejército en la calle, aun si tiene como objetivo la restitución de la democracia burguesa, requiere fundamentalmente de métodos insurreccionales y de democracia directa, no de métodos legalistas. Porque sólo la autoorganización ciudadana radical, que debe incluir formas de autogestión de la vida económica y social, puede forzar la derrota de un enemigo enquistado en el poder político, que representa al grueso de la clase dominante y que cuenta con todas las fuerzas represivas materiales e ideológicas a su disposición. Los métodos institucionales han se subordinarse a la acción directa de las masas, no al revés.
La autoorganización ciudadana es la verdadera base de masas de la democracia avanzada. La efervescencia popular, producto de la resistencia contra el gobierno golpista, es un impulso que, dirigido de manera consciente y no sólo hacia objetivos contestatarios, permite generar redes de nuevas relaciones comunitarias que, al mismo tiempo que promueven formas de lucha más eficientes contra el régimen (pues no se necesita la mediación de jefes, ni todo debe pasar por un mecanismo de representación), expanden la consciencia y la visión de las masas hacia objetivos comunitarios positivos.
“Afectar el normal desenvolvimiento de las operaciones comerciales de las empresas promotoras, financiadoras y ejecutoras del golpe político-militar”(4) es un objetivo que ya ha sido logrado espontáneamente por la misma resistencia antigolpista, no es algo que sirva para el avance del movimiento democrático de masas hacia sus objetivos últimos. El boicot comercial es un método limitado a afectar la imagen pública de una marca y una empresa determinada, con cierto margen de pérdidas. Pero de lo que aquí se trata es de atacar y derribar económicamente al pilar empresarial del régimen golpista. Se trata de que la propia clase obrera hondureña ponga la producción y la circulación de los bienes al servicio de las necesidades populares y de la campaña en favor de una transformación democrática profunda.
El movimiento y los medios de comunicación
Es evidente que los medios de comunicación están junto al régimen golpista. Pero lo están como socios y no solamente como laderos o empleados. Los medios de comunicación son empresas capitalistas, y por lo tanto son los intereses de clase de sus dueños, intereses de clase comunes al resto de la clase capitalista, los que están siendo protegidos a través de su propaganda a favor del régimen y contra las masas populares en lucha.
Más que repudiar moralmente a los medios de comunicación golpistas por defender sus propios intereses, es necesario construir y fortalecer una red de medios de comunicación propios. Es preciso el establecimiento y protección de las actuales emisoras de radio y TV comunitarias, la edición de periódicos y pasquines propios, recuperar imprentas y ponerlas en manos del movimiento popular. Los medios de comunicación masivos que son cómplices con el golpe de Estado no funcionarían sin trabajadores. Es preciso llegar a esos trabajadores dentro de los medios gráficos para que los pasquines golpistas que reflejan los intereses de la clase dominante y sus voceros políticos e intelectuales sean reemplazados por medios de expresión de los trabajadores de la ciudad y el campo. Organizar la toma de las emisoras de radio y TV golpistas por sus trabajadores y periodistas independientes organizados, que también pueden ser asesorados o asistidos por estudiantes universitarios de las ciencias de comunicación y por técnicos del área.
El movimiento y los elementos democráticos dentro de las fuerzas represivas
Es muy probable que en el ejército y en la policía haya elementos democráticos contrarios tanto a la ruptura del orden democrático como a apuntar sus armas contra el pueblo. Sería un buen avance una aproximación de los luchadores proletarios a estos sectores, que, en tanto estén organizados clandestinamente dentro de los mismos cuerpos, pueden colaborar tanto en inteligencia (avisarnos de las medidas represivas que el Estado planea) como militarmente (ayudarnos a preparar las medidas de resistencia a la represión).
La coyuntura particular decidirá si conviene que estos miembros de la policía y del ejército que se opongan a la represión deserten de sus cuerpos o desarrollen tareas clandestinas dentro de ellos; pero lo esencial es buscar su integración en tareas comunitarias positivas, para romper su aislamiento psico-social del pueblo promovido por la educación y la jerarquía policial-militar, y para contrarrestar los efectos generales de la educación corporativa y autoritaria mediante la práctica de relaciones sociales basadas en la cooperación y la autonomía.
De “la lucha contra” a “la lucha por”
El principal sostén de este sistema no es tanto su poder militar, jurídico o económico. Es su poder espiritual, que sólo puede sostenerse mediante la limitación de nuestro desarrollo personal y comunitario. Es preciso tomar las riendas de nuestras vidas en todos los sentidos. No se trata solamente de no dejarnos engañar, se trata de desarrollar nuestra autonomía para pensar por nosotros mismos. No se trata solamente de no dejarnos mandar, sino de desarrollar nuestra autonomía para adecuar nuestra actividad a nuestras necesidades y capacidades reales.
Las redes de relaciones que se generan espontáneamente en la resistencia contra el capital y el Estado pueden trascender el objetivo de la lucha contra una fuerza exterior y ser convertidas en formas estables de relaciones comunitarias que contribuyan a la construcción de la autonomía individual y colectiva.
Los pueblos nunca son un bloque homogéneo, como tendemos a pensar gracias a la ideología estatal y aquella de los medios de comunicación. En todo pueblo existe una variedad humana y cultural que, si se compartiese y se realimentase, enriquecería nuestras vidas a tal grado que ya no aceptaríamos la “vida” que este sistema nos ofrece.
He aquí algunas propuestas para en ese sentido:
• Intercambio fraternal de conocimiento y de experiencia entre trabajadores de las distintas ramas de la producción.
• Bachilleres y talleres de capacitación para los sectores populares más golpeados por la marginación y la ignorancia.
• Creación de talleres de diversidad cultural: talleres de género, de cultura aborigen, de filosofía, de política, de historia mundial, continental y nacional, de historia del movimiento obrero, de salud, de educación sexual y reproductiva, terapias grupales, de capacitación emocional, de meditación, de espiritualidad, de ecología, de alimentación.
Cada individuo tiene dentro suyo algo valioso que compartir con los demás, más allá de si tiene o no un título colgado en la pared.
Algunas reflexiones finales
En toda la historia de la lucha proletaria contra el capitalismo, la fortaleza de las masas explotadas nunca radicó en su número, sino en las relaciones sociales que fueron capaces de producir en su lucha. Relaciones sociales superadoras a aquellas que conforman el modo de vida capitalista, las cuales nos condenan a ver al otro como amenaza y no como promesa, a ser mulas de carga por 8 o más horas al día bajo el látigo de la exclusión y del hambre. Cuando con una correcta organización comunitaria de la economía, resolveríamos las necesidades básicas de todos los seres humanos trabajando menos tiempo y en mejores condiciones, y por lo tanto teniendo más tiempo y energía para dedicarnos a satisfacer necesidades humanas más elevadas que las de la supervivencia.
Contrariamente a lo que dice el “sentido común”, la fortaleza de los movimientos socio-políticos, su capacidad real de hacer historia, no está en la capacidad de juntar la mayor cantidad de gente bajo un mínimo denominador común, sino en la de adecuar su actividad a los objetivos que son realizables en ese momento (que suelen ser más de los que dicta el “sentido común”, tendente a pensar que sólo es posible lo que nos resulta familiar y mejorarlo).
Si tanto los de arriba, como nuestros “amigos” que quieren estar arriba, nos dicen que lo mejor que podemos conseguir para satisfacer nuestra sed es un vaso de agua turbia, nos dirán que nuestra esperanza está en juntar el máximo de nuestras fuerzas por ese vaso de agua turbia, y que aspirar a más servirá para quedarnos con sed. Pero ni bien una persona descubra y demuestre que es posible obtener un vaso de agua limpia, éste se transformará en el objetivo general. Una vez la calidad adecuada se consigue, la cantidad viene sola.
Por lo tanto, es la calidad lo que más importa. La radicalización de la lucha (y radicalización significa ir a la raíz) es lo que precede a la extensión de la lucha radical.
__________________
1. Aunque una democracia burguesa más avanzada de lo que las burguesías yanqui y hondureña están dispuestas a conceder.
2. Decimos “sus” democracias porque si bien el proletariado también vive dentro de estas democracias y ha luchado por reformarlas a su favor (pues ni el sufragio universal ni los derechos laborales estaban en los planes originales de la burguesía democrática), no dejamos de tener en cuenta que el contenido social de los regímenes democráticos sigue siendo clasista, sigue siendo burgués. Sea el régimen democrático o dictatorial, gobiernen liberales o conservadores, nacionalistas o pro-imperialistas, republicanos o demócratas, derecha o izquierda, si la burguesía sigue siendo la clase dominante su gran influencia política, ideológica y cultural en la vida nacional quedará intacta, y “la” patria será su patria, “el” gobierno será su gobierno, “el” poder judicial será su poder judicial.
3. Los ejércitos, supuestamente existentes para defender a la patria de la agresión exterior, son en realidad la fuerza gendarme del sistema capitalista. Los países imperialistas utilizan sus fuerzas armadas para invadir y ocupar países con recursos naturales o una posición geopolítica importante para la propia clase dominante (en competencia con las clases dominantes de otros países imperialistas). La lucha contra el terrorismo y por la democracia es su justificativo. En los países no-imperialistas, el ejército se adiestra bajo la doctrina de la seguridad nacional. Su principal hipótesis de conflicto siempre es el propio pueblo, y su principal estrategia es la contra-insurgencia. Con la ocupación de Haití por ejércitos latinoamericanos bajo el mando estratégico del imperialismo yanqui, tenemos un ejemplo de los ejércitos como fuerza policial del sistema capitalista.
4. Comunicado Nº 19 del Frente Nacional contra el Golpe de Estado.