Eso enseño en mis clases de criminología, pues es evidente que para entender las formas en que opera el control social que reproduce y regulariza las relaciones sociales capitalistas hoy en día hay que partir por dirigir la mirada más allá de las formas evidentes de represión física, para enfocar los aparatos ideológicos que justifican, legitiman y dirigen dicha represión.
De ahí que, tanto para una criminología crítica (o mejor, anticriminologí a) como para los medios autónomos de contra-informació n resulte tan relevante analizar, denunciar y contrarrestar la función represiva de la prensa, radio y televisión oficiales.
Nada de esto me preparó, sin embargo, para los acontecimientos de los últimos días, respecto a los cuales no puedo decir que esté en realidad sorprendido, pero sí bastante impactado y aún tratando de apreciar todas sus consecuencias en relación a mi persona.
Todo empezó el día miércoles 18 de noviembre, cuando junto a dos compañeras del Pikete Jurídico de la Universidad de Chile, organización dedicada a la labor jurídica anti-represiva y de apoyo a las luchas sociales, llegamos con cierto retraso al mítin convocado afuera de la cárcel Santiago 1 en el marco de la semana internacional de solidaridad con los compañeros secuestrados por el Estado chileno (que los medios estúpidamente denominaron como "cumbre anarquista") .
En las afueras del recinto, solo vimos un enorme contingente de gendarmes y de carabineros, panfletos, rayados y afiches desparramados en el suelo (seguramente arrojados por algún compañero al huir de la represión).
Casi inmediatamente llegaron al lugar unas 6 personas, que tampoco entendían muy bien que había pasado. Tras una breve conversación, decidimos irnos del lugar. Pero espontáneamente empezamos a recoger los afiches que estaban en el suelo, aún en buen estado como para ser utilizados en las paredes de la ciudad. Ese simple hecho ameritó que un "guanaco" nos arrojara agua, y que fuéramos perseguidos por un grupo de Fuerzas Especiales.
Ante esa situación, con una compañera del Pikete fuimos directamente hacia quien parecía estar a cargo del operativo, que resultó ser un tal Mayor Mardones. Le dijimos que detuviera la represión, pues no sólo acabábamos de llegar sino que nos estábamos retirando del lugar, y anoté su nombre por si era necesario presentar luego un reclamo administrativo. Y nos fuimos.
Inmediatamante, vimos que estaban deteniendo y subiendo a un bus policial a la gente que había arranacado de las FFEE trás el ataque del lanza-aguas. Volvimos de inmediato donde Mardones, y le dijimos que no había causal alguna de detención, pues se trataba de gente que ni siquiera había estado en el mítin (tanto canal 13 como El mercurio dieron cuenta de dicho dato). Ante eso, la respuesta de Mardones fue impresionante: "están por control de identidad". Tras señalarle que tampoco era un control de identidad, pues en tal caso lo que correspondía era pedirles el carnet de identidad, dijo que el procedimiento consistiría en llevarlos a una comisaría y que sólo después de analizar las filmaciones de lo que había ocurrido en el mítin, decidiría que hacer con ellos. Al insistirle en que lo que estaba haciendo era totalmente ilegal, hecho que él reconoció diciendo "pero así es el procedimiento" , la prensa ahí apostada se interesó en el "debate" y terminé hablando frente a ellos, con plena consciencia de que estos profesionales de la desinformació n tendenciosa podían descontextualizar mis dichos y volverlos en mi contra. Por supuesto, ni siquiera se interesaron en la denuncia de la ilegalidad ordenada con plena conciencia por el mayor Mardones, sino que se centraron en la "violencia" de los manifestantes (¡como si los montajes, encarcelamientos y detenciones ilegales no fueran violencia pura!).
Lo que nunca imaginé es que, tras identificarme claramente como abogado del Pikete Jurídico cuando me consultaron quien era yo, omitirían dicha filiación e inventarían en su reemplazo la de "dirigente anarquista" (denominación aún más imbécil y absurda que la de "cumbre anarquista", puesto que nada tiene que ver con la concepción anarquista de la política).
El día jueves, Radio Bio Bio me identificó en su web como "dirigente del grupo de jóvenes que protagonizó la protesta". El texto lo firma una tal Denisse Charpentier.
Desde el Pikete se comunicaron directamente con Mosciatti, jefe de la radio, quien señaló que iban a hacer una rectificación, y ante la advertencia de posibles acciones legales en caso de no rectificar, señaló que "sería una lástima, pues no llegarían a ningún lado". A eso de las 19:10 hizo una aclaración al aire, pero hasta el día de hoy en la página web sigue la información originalmente dada a conocer sin rectificación alguna.
El viernes en la mañana me enteré de que Canal 13 había informado en un sentido similar, etiquetándome de "representante de los grupos anarquistas" , y mostrándome como una especie de justificador de la "violencia" (si es que podemos considerar que es "violentista" lo que informaron que ocurrió: rayar muros de campos de concentración, y repeler a piedras a los gendarmes cuando estos intentaron salir a reprimir).
Esta criminalizació n orquestada por los medios de desinformació n de masas redundó en que en el mítin del viernes a las 12 en Ahumada con Alameda, donde había un despliegue impresionante de Fuerzas Especiales de Carabineros, que desde algunas cuadras a la redonda procedió a hacer revisiones y controles, luego de unos breves segundos de agitación con gritos, panfletos y lienzos fueramos inmediatamente reprimidos.
Cuando me había alejado casi una cuadra de los hechos, vi que un grupo de casi 10 FFEE se dirigía específicamente hacia mí y procedió a arrastrarme hacia el bus policial donde ya habían subido a 5 compañeros. Todo eso fue filmado una vez más por la prensa, que se encargó de editar lo que yo gritaba en relación al motivo de la protesta, para dejarme únicamente diciendo lo que en tal discurso fue la exclamación final: "Muerte al Estado, Viva la Anarquía". Esas imágenes se transmitieron en varios noticieros,.
Una vez más, la detención fue algo totalmente ilegal, demostrando que para los mapuche, anarquistas y demás antagonistas radicales no rigen las leyes normales sino que un "no derecho" que algunos doctrinarios defienden como "derecho penal del enemigo". En efecto, arriba del bus nos dijeron que no sabían si estábamos detenidos o en control de identidad, pues estaban "esperando instrucciones" (¿de quien?).
Ya en la comisaría, nos dijeron que en realidad estábamos por control de identidad. Cuando nos quisieron enviar a un calabozo, insistimos en que eso no es posible cuando se trata de este procedimiento. Al rato, decidieron que entonces en realidad estábamos detenidos. La causal: "desorden público".
El día lunes, en atención a estas cobertura mediática, fui despedido de mi trabajo donde había permanecido una década, por "necesidades de la empresa" (al menos tuvieron la decencia de pagarme todos los años de mi vida dedicados a esa institución: poco más de una década).
Emito este comunicado porque creo necesario aclarar los hechos, pero no ante la prensa criminalizante y tendenciosa, sino ante mis amigos, familiares, camaradas y el movimiento social.
Aclaro que no soy "anarquista" , sino que un marxista libertario que entiende que el objetivo final de la lucha es una sociedad sin clases y sin Estado: el comunismo anárquico, y que por lo mismo veo a los anarquistas como compañeros. El cada vez más poderoso movimiento anarquista no necesita de "dirigentes" y seguirá siendo cada vez más grande y difuso, por lo cual no lo podrán parar pese a toda la desesperación represiva del Estado. Enjaulado en la 3ª Comisaría, un compañero aprovechaba de leer a Kropotkin: ¡esa es la fuerza de ese movimiento!
Por último, mientras la clase política de todos los colores inunda el espacio urbano con su repelente propaganda electoral, y uno de sus candidatos se ha desdoblado en miles de gigantografías en tamaño natural donde sostiene una bandera chilena, el hacer ondear la bandera negra es un delito de acuerdo a las leyes fácticas que los agentes represivos nos imponen y por las cuales se permiten atacar de inmediato a los que no se conforman con este orden social enfermizo y asesino.
Se trata de mensajes claros por parte del poder, y si quieren que las cosas ocurran de este modo, ¡pues que así sea!
Julio Cortés M.
24 de noviembre de 2009
Algunos anarquistas suelen decir que no son un partido y que no tienen programa. Tal lenguaje sería comprensible si se tratase de estudiosos que buscan la verdad sin preocuparse de las aplicaciones prácticas...; ellos (los estudiosos) quieren conocer, no quieren hacer algo determinado. Pero anarquía y socialismo no son ciencias: son propósitos, proyectos que anarquistas y socialistas quieren poner en práctica y que por eso tienen necesidad de ser formulados en programas determinados... Nosotros entendemos por partido anarquista el conjunto de aquellos que quieren concurrir a realizar la anarquía, y que por eso tienen necesidad de fijarse un objetivo a alcanzar y un camino a recorrer... Por consiguiente, los anarquistas son un partido y tienen un programa, aún aquellos a quienes estas palabras desagraden.
ResponderEliminarla organizacion federada de la sociedad, los anhelos del comunismo libertario, no son sueños, son realidades que se empiezan a vivier en el ahora, luchando, avanzando en la constitucion de fuerzas libertarias cada vez mayores, federadas de abajo hacia arriba, de la unidades menores avanzando hacia las unidades mayores y ese debe ser su horizonte inmediato, tactico avanzando en la unidad y en las confianzas capaces de sentar procesos politicos fertiles a nuestro ideal...(errico malatesta, periodico "volontà" 1913)
saludos compañeros, y sigan adelante que en todos lados crezca la fertil semilla de la organizacion.