El pasado día 12 de agosto, a eso de las 16:00, cuando la ciudadanía disfrutaba de la victoria de Chile sobre Dinamarca, en el fundo de San Sebastián (limite de Angol y Collipulli) cerca de 80 comuneros mapuche de la comunidad Rayén Pillán llevaban a cabo la valiente y legitima recuperación de tierras.
La respuesta empresarial no se hizo esperar, desatándose un “enfrentamiento” entre comuneros y fuerzas especiales, los primeros, provistos de ondas, wetrues y los famosos perdigones de destrucción masiva, los cuales no son capaces de atravesar ni cascos ni chalecos antibala contra las 9 milímetros (y quien sabe que otras armas) de las fuerzas de policía.
Como se ha ido armando día tras día en los noticieros masivos, todo esta oleada de noticias, reportajes y debates sobre el “conflicto mapuche” no eran mas que el preparativo y amoldamiento de un hecho tan repudiable como el asesinato de un joven mapuche de 24 años, su nombre es Jaime Facundo Mendoza Collío y se suma a la lista de muertos mapuche (Lemun, Catrileo, Huentecura y otros que desconocemos), Jaime, fue abatido con al menos un disparo en el abdomen y uno en la rodilla, muriendo en el lugar, y si creen en el famoso dicho “después de la tormenta…viene la calma”, se les informa que el cuerpo asesinado fue secuestrado por la policía, siendo los mismos comuneros quienes intentaron recuperar a su peñi (hasta hoy en la mañana no tuvieron éxito), reconociendo este acto, como otro hecho de insensibilidad y provocación
Los medios hablan de enfrentamientos y de “defensa propia”, afirmaciones que rechazamos completamente, no podemos hablar de enfrentamiento cuando un pueblo armado solo con piedras se enfrenta a una bestia tan grande como lo es el Estado, sus guardianes (policía y prensa) y la poderosa elite empresarial, mucho menos podemos hablar de “defensa propia”, ya que la policía solo actúa como un cobarde sirviente del estado y el empresariado, cuidándole el patrimonio al patrón de su patrón.
Además, en el caso particular del Carabinero, del cual no se sabe ni el nombre y que por supuesto ya fue removido de la zona, este ultimo, se encontraba fuertemente protegido por un grueso chaleco anti-bala y resistente casco blindado que como se menciono, le brindaban seguridad ante cualquier ataque, a menos que se trate de armas de guerra, armas que los mapuche no tienen (por mas que los medios intenten vincularlos con las FARC, ETA y hasta el Ejercito evangélico de salvación)
Como Colectivo de Ciencias Naturales, lamentamos el hecho, no queremos más muertos, no queremos que nuestra lista de mártires crezca día a día, de nada nos sirve gritar sus nombres en las marchas y convocatorias.
Al mismo tiempo, repudiamos el cobarde asesinato y hacemos un urgente e improvisado llamado a informarse: a desconfiar de la “versión oficial” y a buscar información alternativa que ayude a generar una conciencia critica sobre el conflicto mapuche y sobre la situación general de este sistema enfermo y genocida.
Llamamos también, a denunciar a los culpables, que el “paco raso” pague su asesinato, pero que también paguen los principales responsables, que sus nombres no se borren de nuestras memorias:
Iván Bezmalinovic: Prefecto de Carabineros de Malleco
Walter Siefert: Comisario de Angol
Y el infaltable Ministro del Interior Edmundo Pérez Yoma y su secuaz, perdón, su subsecretario Rosende, ya que estos personajes son los que tienen a cargo los operativos generales de represión en las comunidades mapuche.
Imperdonable.
ResponderEliminarAsi es...
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